Soberanía nacional: el vacío entre los candidatos y la opinión popular

Desde hace semanas estamos invadidos, por todos los frentes comunicacionales, de las baterías propagandísticas, tanto panfletarias como de los escándalos mediáticos, de los distintos partidos políticos que se disputarán las urnas el próximo domingo 22. A esto hay que agregarle los dos debates presidenciales, los cuales dejaron cosas a la vista (sobre todo, muchas que desear).

“Poner la bandera de otro país en las Malvinas en el Banco Central, como plantea este señor es simplemente renunciar a la sangre de nuestros caídos y renunciar a la soberanía para el desarrollo de nuestras empresas”.

Esta fue la respuesta que le diera Sergio Massa, candidato presidencial de Unión por la Patria a Javier Milei, de La Libertad Avanza, mientras tocaban el tema de la soberanía en el primer debate celebrado el 1° de octubre.

La discusión aquí es sobre qué entienden por soberanía los candidatos. Y una vez entendido eso, la discusión pasa a cómo interpretan el concepto de soberanía que defiende el ideario popular. De más está decir, los aspirantes a la presidencia están profundamente errados.

¿De qué hablamos cuando hablamos de soberanía?

Nosotros hablamos de una soberanía en el aquí y ahora, no entendida solamente como la libre determinación de un Estado sobre un territorio, sino comprendida como la capacidad de tomar decisiones sin condicionamientos políticos, ni sociales o económicos. Porque además entendemos lo que sostienen nuestras banderas: no hay soberanía política sin independencia económica y éstas no existen si en su pueblo no hay justicia social. Es por eso que las personas se realizan en la medida en que la misma comunidad se va realizando. 

Por eso nos debe resultar difícil comprender como siendo un tema tan arraigado, pueda emerger sobre nosotros un candidato que quiera quitarnos hasta la soberanía monetaria y no esté repudiado en la masividad que debería.

Y esto incluso cuando a este candidato toda la problemática la resuelve en el marco del negocio, o mismo en sus palabras “que lo resuelva el sector privado”. Un ejemplo de ello puede ser el siguiente: la venta de tierras al empresario chileno Maximiliano Ibáñez Bulnes, quien compró tierras argentinas pone en riesgo la soberanía, ya que las parcelas compradas son tierras rurales y en zonas de frontera, cuyos campos cubren una superficie aproximada de 60 mil hectáreas lindantes con la República de Chile. 

Concretamente las estancias son “El Cóndor”, “Melenik” y “Veranada de Jones”, que anteriormente eran propiedad de la empresa Cielos Patagónicos SA. Ahora el problema está en supuestamente es el propio Ibáñez Bulnes, presidente de Corpora SA (un holding familiar de Chile) hizo una maniobra oscura para comprarlas. A través de un fideicomiso “argentinizado”, lograron la compra burlando así las leyes de Tierras y de Zona de Fronteras. Según la denuncia, esto se hizo mediante el uso de un fideicomiso llamado “Cóndor”. Y de acuerdo al contrato del fideicomiso, el empresario Braun Pellegrini es el fiduciario y Aluquina SA, una compañía netamente controlada por la familia chilena, sería el beneficiario del mismo.

Esto pasó, concretamente, en el año 2019. Y se dio cuando el abogado Eduardo Barcesat, en representación de otros accionistas de Cielos Patagónicos, elevó al caso a la justicia. Pero la causa recién empezó a tomar relevancia en los medios después de una serie de notas radiales que dio el denunciante para publicitar el caso. Esto puso en riesgo otra vez a nuestra soberanía territorial, teniendo en cuenta que todavía no pasó mucho tiempo del conflicto en las estancias del magnate Lewis por haber adquirido tierras también de manera ilegal. 

De igual manera, el evento respecto de las tierras adquiridas por el empresario chileno no hace más que evidenciar la proyección clara y concisa de Chile sobre nuestra Patagonia. Incluso esta semana, lo que empezó como simples rumores subsiguió con la confirmación de la decisión tomada después de la reunión que hubiera entre las cúpulas militares de la VI División del Ejército de Chile y la US Army South (Arsouth) a finales de septiembre. Todo esto fue publicado por diversos medios regionales.

Reunión chileno-yanqui: las resoluciones

“Se van a ejecutar entre 2024 y 2025 nuevos ejercicios militares en conjunto en el norte del vecino país, específicamente en los límites con Argentina, Bolivia y Perú, donde están los yacimientos de litio más importantes del planeta”. Así lo aseguraron en Agenda Malvinas, por ejemplo, el medio argentino especializado en temas de soberanía.

Esto ya empezó a darse a través de la conocida operación “Estrella Austral 2023”, en la hubo ejercicios combinados durante 18 días en la región de Antofagasta, norte del país andino y de cercanía a donde se realizarán los próximos ejercicios, pero también habrían realizados en la región de Magallanes al sur del país. De esta edición participaron unidades militares chilenas, estadounidenses y españolas.

Esto confirma que los intereses foráneos se capitalizarán en dos puntos esenciales: la proyección en materia geopolítica que hay hacia el sur de Chile y la necesidad de controlar el triángulo del litio lo más que se pueda. 

Nos queda por agregar que hace días nomas Y-TEC puso en funcionamiento la primera fábrica de celdas y baterías de litio, con una capacidad de producción anual, medida en energía almacenada, de unos 13 MWh. En cantidades, esto equivale a 1000 baterías para almacenamiento estacionario de energías renovables. O unas 50 para colectivos eléctricos, específicamente.

¿Dónde estarán las apuestas de Y-TEC? 

La fábrica está localizada en el Centro de Transferencia de Tecnología de la Univerisdad Nacional de La Plata (UNLP) y posee una superficie de 1300 metros cuadrados. Posee alrededor de unos 70 equipos, algunos de ellos ya automatizados. YPF y CAMYEN (Catamarca Minera y Energética Sociedad del Estado) ya habían firmado el 24 de agosto un acuerdo de asociación para el desarrollo de un proyecto exploratorio de litio, en una superficie de 20 mil hectáreas ubicadas en la zona de Fiambalá, en el departamento de Tinogasta, en el oeste de Catamarca. Esta iniciativa representa un hito para ambas compañías, ya que es el primer desarrollo de este tipo que van a llevar a cabo.

Este proyecto lo que permitirá es llevar a cabo la transferencia tecnológica a Pymes y empresas nacionales y provinciales, que estén interesadas en la fabricación de este tipo de baterías para sus distintos usos. Además de hacer crecer el rol de Argentina en el marcado del litio, dejando de ser un simple vendedor de materia prima, para convertirnos en un país productor de este nuevo tipo de tecnología.

Respecto de los ejercicios militares chilenos, podemos observar que esta semana el ministro de Defensa, Jorge Taiana, junto con el secretario de Industria y Desarrollo Productivo del Ministerio de Economía, José de Mendiguren, encabezaron la presentación el Programa de Desarrollo de Proveedores para la Defensa. 

Este programa tiene como objetivo promover la colaboración entre la oferta de productos y servicios existentes y potenciales, con los requisitos de la defensa nacional. Su finalidad será establecer una base industrial nacional capaz de satisfacer las necesidades de la defensa. Entre las medidas clave del programa está incluida la creación de una base de datos actualizada de los proveedores que trabajan con los organismos y entidades relaciones con la defensa. 

Además, pretenden hacer un completo relevamiento, evaluación e identificación de las empresas que forman parte de la base industrial de la defensa a través del Registro de Proveedores para la Defensa (RePro-Def). También se reunieron con las autoridades del Ejército argentino y con el intendente de la Municipalidad de Tolhuin, Daniel Harrigton. Así, concretaron esta semana la firma del acuerdo para la cesión de terrenos donde comenzará a instalarse la Guarnición Militar Conjunta Tierra del Fuego. Todo esto tras el escándalo con el radar inglés de la empresa Leolabs, instalado meses atrás sobre nuestro territorio. Aún se desconocen con exactitud las funciones que cumplía. 

A partir de esta medida es que se construirán las instalaciones iniciales que permitirá albergar a un primer contingente militar, que luego se trasladará al centro de la Isla Grande de Tierra del Fuego, con el objetivo de reforzar la presencia de nuestras Fuerzas Armadas en la provincia austral.

Hasta aquí tenemos en claro una sola cosa: de este contexto se entiende la gran frase que del General Perón cuando afirmaba que “la verdadera política es la internacional”. Por eso los gobiernos peronistas impulsaron estrictos regímenes de promoción industrial, para llevar fábricas al sur como un mecanismo de poblamiento de toda la región.

Y es que así se hace más fácil comprender que no es casualidad que durante años nuestros celulares, electrodomésticos y productos electrónicos en general, vengan con la etiqueta de Tierra del Fuego. Por eso se entiende la importancia que tiene en la geopolítica nacional el poblamiento de Tierra del Fuego. Por algo también, en 1947, Perón crea el Destacamento de Seguridad de la Gobernación Marítima de Tierra del Fuego, actual Batallón de Infantería de Marina N°5. Tierra del Fuego es esencial en términos geopolíticos. 

Y es por todo esto el gobierno británico tenga como política de Estado la militarización, levantando así la base militar más importante del Atlántico Sur, en Mount Pleasant, la cual representa un enclave para la proyección aeronaval, con capacidad para desplegar armamento nuclear, dado que las Islas también son un punto de proyección en toda esta geopolítica marítima. 

Tampoco es casualidad que Chile le haya dado estatus de ciudad a su pueblo de Puerto Williams, empezando así un repoblamiento en su parte de la provincia de Tierra del Fuego. 

Como contrapartida, a partir del año 2022 comenzó la construcción de la base naval integrada en Ushuaia, para debilitar la influencia de estos países que atentan contra nuestra soberanía. Porque como decía el general Don José de San Martin “cuando la patria está en peligro todo está permitido excepto no defenderla”. 

Analizando esta coyuntura y su evolución es que estamos obligados a comprender la catástrofe nacional que significaría que resultara electo un tipo que siente admiración por Margaret Thatcher y que observa la justicia social, la independencia económica y la soberanía política como “cuestiones de gasto”.

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