“Robo para la Corona”: los empleados gratuitos del Tío Sam
Por: Ivan F. Krolikowski
Cómo los Estados Unidos se meten en los asuntos de Medio Oriente a través de sus aliados estratégicos. La sorprendente postura de los empresarios en Davos. Taiwán, el nuevo juguete norteamericano en Asia.
¿Hasta qué punto se puede decir que los actos israelíes son perpetrados en defensa propia por el ataque de Hamás aquel 7 de octubre de 2023?
Prefiero que tomemos el camino de la duda y nos preguntemos, ¿la muerte de 25.105 palestinos justifica la legítima defensa? Creo que la respuesta se nos aparece casi espontáneamente. No hay forma de justificar la muerte, no hay forma de justificar el asesinato.
Y aunque se pueda decir que tal razonamiento es lo que cabría esperar de cualquier alma compasiva, de cualquier ser humano con sensibilidad ante la vida, finalmente parece que no es el sentimiento presente entre los altos funcionarios israelíes.
Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí, decía alevosamente que Israel lidera una batalla entre «civilización y barbarie», señalando que el país se enfrenta ante «monstruos». Por su parte, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, declaraba “Estamos luchando contra animales humanos y actuamos en consecuencia”.
Sudáfrica entendió que la indiferencia en este escenario tan siniestro no era opción, y es así como recientemente demandó por genocidio a la nación israelita, alegando la violación de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio.
Aún así, John Kirby, coordinador de Comunicaciones Estratégicas del Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU., afirmó despreocupadamente que no existe base para tal acusación. Es decir, ¿no existe base para aquellas 25.105 vidas arrebatadas?
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Por: Ivan F. Krolikowski
Cómo los Estados Unidos se meten en los asuntos de Medio Oriente a través de sus aliados estratégicos. La sorprendente postura de los empresarios en Davos. Taiwán, el nuevo juguete norteamericano en Asia.
¿Hasta qué punto se puede decir que los actos israelíes son perpetrados en defensa propia por el ataque de Hamás aquel 7 de octubre de 2023?
Prefiero que tomemos el camino de la duda y nos preguntemos, ¿la muerte de 25.105 palestinos justifica la legítima defensa? Creo que la respuesta se nos aparece casi espontáneamente. No hay forma de justificar la muerte, no hay forma de justificar el asesinato.
Y aunque se pueda decir que tal razonamiento es lo que cabría esperar de cualquier alma compasiva, de cualquier ser humano con sensibilidad ante la vida, finalmente parece que no es el sentimiento presente entre los altos funcionarios israelíes.
Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí, decía alevosamente que Israel lidera una batalla entre «civilización y barbarie», señalando que el país se enfrenta ante «monstruos». Por su parte, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, declaraba “Estamos luchando contra animales humanos y actuamos en consecuencia”.
Sudáfrica entendió que la indiferencia en este escenario tan siniestro no era opción, y es así como recientemente demandó por genocidio a la nación israelita, alegando la violación de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio.
Aún así, John Kirby, coordinador de Comunicaciones Estratégicas del Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU., afirmó despreocupadamente que no existe base para tal acusación. Es decir, ¿no existe base para aquellas 25.105 vidas arrebatadas?
Para lo que sí existe base, y eso sí, bien justificada, es para bombardear Yemen bajo la operación «Prosperity Guardian», la cual fue iniciada a finales del año 2023, y que como bien dice el nombre, se trata de implementar un «guardián» que resguarde la «prosperidad». Pero detengámonos acá, ¿prosperidad de quién?
El pueblo de EEUU, ¿apoya realmente al genocidio?
Prosperidad que ni siquiera fue aprobada por el pueblo estadounidense, ya que aquellos ataques perpetrados con el apoyo operacional de Reino Unido, y no operacional de Australia, Países Bajos, Canadá y Bahréin, no fueron aprobados por el Congreso norteamericano.
Prosperidad en nombre del «mundo libre» occidental como bien declaró el primer ministro británico, Rishi Sunak, «Reino Unido siempre defenderá la libertad de navegación y el flujo libre del comercio.»
Y si lo quieren un poco más claro, las declaraciones del presidente norteamericano Biden, son contundentes, ya que según el mandatario la operación se llevó a cabo de conformidad con la «responsabilidad de proteger a los ciudadanos estadounidenses tanto en el país como en el extranjero y para promover la seguridad nacional y los intereses de política exterior de EE.UU.», aseguraba en una carta dirigida al Congreso. Es por eso que la cita de Chomsky, que encabeza este texto, se hace más palpable que nunca.
Aunque si todavía tenemos dudas de quién «prospera» con esta operación, retomemos el informe de la ONG Oxfam presentado recientemente en Davos, en el marco del Foro Económico Mundial (FEM).
El informe Oxfam, un análisis completo del capitalismo internacional
Según la ONG, desde el 2020, la riqueza de los 5 hombres más ricos del mundo se duplicó, mientras las de 5.000 millones de personas se ha reducido, necesitándose 230 años para erradicar la pobreza, mientras que en solo 10 años podría aparecer el primer billonario en el mundo.
Además, el informe puntualiza; «Estamos viviendo una era de poder monopolístico. Un pequeño número de empresas en constante crecimiento ejercen una influencia extraordinaria sobre las economías y los Gobiernos, […] con un poder desenfrenado para aumentar los precios que soportan los consumidores y consumidoras, presionar a la baja los salarios y abusar de las y los trabajadores, limitar el acceso a bienes y servicios, frustrar la innovación y el espíritu emprendedor, y privatizar los servicios y bienes públicos a favor de los beneficios privados.»
Y para completar el panorama, en un acto de cinismo exorbitante, Antony Blinken, secretario de Estado estadounidense, declaró durante un discurso en Davos que Oriente Medio «quiere» el liderazgo de EE.UU.
Está claro que en lo que el secretario de Estado considera Oriente Medio, no se incluye a Palestina fundamentalmente, ni tampoco a Siria, Irak, Líbano, Irán, Qatar, Yemen, Libia y Sudán. Todos países adeptos a la causa Palestina.
Y para cerrar el escenario cínico, mientras los multimillonarios en Davos proponen pagar mayores impuestos en una especie de «acto solidario», es importante ver cuáles fueron sus declaraciones y por qué quieren pagar más impuestos:
“Esto no alterará fundamentalmente nuestro nivel de vida, ni privará a nuestros hijos, ni perjudicará el crecimiento económico de nuestras naciones. Pero convertirá la extrema e improductiva riqueza privada en una inversión para nuestro futuro democrático común”.
Atención: «Extrema e improductiva riqueza privada». Hasta ellos se dieron cuenta de lo que significa concentrar tanto dinero. Ellos mismos son conscientes de lo que significa la desigualdad exacerbada.
Pero no seamos ingenuos por un puñado de multimillonarios de Davos que quieren pagar impuestos más elevados. Para ellos lo que significa es “sí, humanos promedios, pagaremos mayores impuestos, pero mantendremos el statu quo del sistema que posibilita la desigualdad”. En síntesis el capitalismo tendrá que seguir existiendo.
Simplemente miremos lo que decía el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, en Davos, bajo el pretexto de «importantes inversiones en capacidades militares modernas» por parte de China:
«Tenemos que entender que no se trata de que la OTAN se esté adentrando en Asia, sino de que China se está acercando a nuestras puertas», rematando con que la OTAN «tiene que ocuparse de lo que ocurre en Asia».
Para sostener el capitalismo, EEUU y Taiwán fortalecen sus “relaciones carnales”
Sin ir más lejos, recientemente EEUU y Taiwán firmaron un contrato para el mantenimiento de misiles Patriot. Valorado en más de u$s24 millones, el acuerdo prevé proporcionar «servicios de soporte técnico de sistemas de misiles» desde enero de este año hasta 2027. A su vez, la Fuerza Aérea taiwanesa continúa adquiriendo cazas F-16V Block 70, que son brindados por los EE.UU.
Todo esto se da en un contexto en el que, el nuevo candidato taiwanés electo, Lai Ching-te, aboga por la independencia de Taiwán. Aquí florecen dos preguntas esenciales: ¿Será casualidad que la OTAN tenga que ocuparse de lo que ocurre en Asia? ¿Será casualidad que la industria armamentística, se ocupe de mantener los valores de «democráticos» de libre mercado?
Y es que como podemos deducir, la única forma de mantener un modelo perpetrador de la desigualdad es a través de los conflictos bélicos, reduciendo toda posibilidad de cambio estructural y fomentando un reformismo anestésico cuando, la exacerbación de la concentración de la riqueza, se hace insostenible.
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