YPF: orígenes y razones para ser una empresa estatal
Por: Juan Manuel Piccolo / Lucía Ferrari (MLN)
Pilar fundamental de la generación de empleo y del crecimiento en el sector energético. La importancia de YPF como empresa estatal para la independencia económica y el desarrollo industrial de la Argentina desde sus inicios.
Juan Manuel Piccolo y Lucia Ferrari son militantes del Movimiento de Liberación Nacional que conduce Martin Ayerbe y las propuestas desarrolladas en este artículo se encuentran en sus plataformas de campaña.
El Aluvión no es un medio orgánico a ningún partido político en especial, pero si a los intereses de la patria. Y entendemos que es nuestra tarea difundir todas aquellas propuestas que discutan cómo dejar de ser una semi-colonia.
Historia
La gloriosa historia de la explotación petrolera nacional y patriótica comienza con la administración del General de división del ejército Enrique Carlos Alberto Mosconi como director de los Yacimientos Petrolíferos Fiscales. A raíz del aumento de los combustibles fósiles durante el primer cuarto del siglo XX, debido a la transición entre la tecnología de vapor y los motores de combustión interna, la empresa WICO -asociada a la Standard Oil yanqui- se negó a proveer de combustible a la aviación del Ejército si no era por medio de pago al contado. Para el general fue inconcebible que la nación argentina tuviera que depender de la buena voluntad de privados extranjeros para acceder a combustibles fósiles que yacían en su propio suelo. Luego de la negativa de Standard Oil el general Mosconi escribió:
“Allí, en el mismo escritorio (de la oficina de Standard Oil), me propuse, juramentándome conmigo mismo, cooperar por todos los medios legales a romper los monopolios”
Así nace, en el año 1922, la primera empresa petrolera del mundo en ser estatal: Yacimientos Petrolíferos Fiscales, más conocida como YPF. A pesar de existir otra experiencia de estas características, en la Unión Soviética, YPF fue la primera empresa 100% estatal integrada verticalmente, es decir, que se encargaba de la totalidad de las actividades que hacen a la producción petrolera.
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Juan Manuel Piccolo y Lucia Ferrari son militantes del Movimiento de Liberación Nacional que conduce Martin Ayerbe y las propuestas desarrolladas en este artículo se encuentran en sus plataformas de campaña.
El Aluvión no es un medio orgánico a ningún partido político en especial, pero si a los intereses de la patria. Y entendemos que es nuestra tarea difundir todas aquellas propuestas que discutan cómo dejar de ser una semi-colonia.
Historia
La gloriosa historia de la explotación petrolera nacional y patriótica comienza con la administración del General de división del ejército Enrique Carlos Alberto Mosconi como director de los Yacimientos Petrolíferos Fiscales. A raíz del aumento de los combustibles fósiles durante el primer cuarto del siglo XX, debido a la transición entre la tecnología de vapor y los motores de combustión interna, la empresa WICO -asociada a la Standard Oil yanqui- se negó a proveer de combustible a la aviación del Ejército si no era por medio de pago al contado. Para el general fue inconcebible que la nación argentina tuviera que depender de la buena voluntad de privados extranjeros para acceder a combustibles fósiles que yacían en su propio suelo. Luego de la negativa de Standard Oil el general Mosconi escribió:
“Allí, en el mismo escritorio (de la oficina de Standard Oil), me propuse, juramentándome conmigo mismo, cooperar por todos los medios legales a romper los monopolios”
Así nace, en el año 1922, la primera empresa petrolera del mundo en ser estatal: Yacimientos Petrolíferos Fiscales, más conocida como YPF. A pesar de existir otra experiencia de estas características, en la Unión Soviética, YPF fue la primera empresa 100% estatal integrada verticalmente, es decir, que se encargaba de la totalidad de las actividades que hacen a la producción petrolera.
Ya durante la presidencia de Alvear, otro eje problemático en aquella época fue -como sigue siendo hoy en día- la contradicción entre lo privado y lo estatal. Este conflicto se genera a raíz de la interrupción de los permisos de cateo (exploración para la detección de recursos fósiles o minerales) desde el Estado hacia los privados. Le Breton, el titular de la cartera de agricultura, impulsa a su vez una reforma del código de minería que apuntaba a limitar la especulación y la subrogación de los intereses de empresas extranjeras en actores locales. También establece el pago de regalías antes inexistentes para privados, sean nacionales o extranjeros. Estos hechos, entre otros, abren un campo de disputa inexistente hasta el momento. Previo a la intervención de Alvear-Le Breton-Mosconi el mercado hidrocarburífero se encontraba completamente desregulado. La exploración, la explotación, el refinamiento y la comercialización eran realizadas de forma prácticamente total por empresas privadas.
Es en este marco que en 1924 se crea una reserva fiscal de alrededor de 33.000.000 de hectáreas bajo monopolio estatal, cuestión que determina el inicio del proceso de expansión que Yacimientos Petrolíferos Fiscales experimentará durante toda la década del 20’. Frente a la iniciativa del Estado argentino la prensa y los privados plantearon sus reservas. Los argumentos giraban en torno a la incapacidad logística y técnica del gobierno para hacerse cargo de una tarea de gran envergadura como es el desarrollo energético. Otros, desde una visión más dogmática, censuraban la iniciativa apoyados en sus principios liberales. Frente a esto, la acción de Mosconi fue enérgica: se construyó una destilería de gran escala en La Plata, se electrificó el yacimiento de Comodoro Rivadavia, se actualizaron tecnológicamente los pozos con bombas modernas y máquinas perforadoras Rotary, se mejoró la capacidad de almacenamiento con la construcción de cisternas en Comodoro Rivadavia y Dock Sud, se afianzó la eficiencia logística con la adquisición de buques petroleros y se intensificó la exploración y la explotación del Yacimiento de Plaza Huincul en Neuquén.
Aun así, cabe destacar que no todo fue contradicción con el mundo empresario. El crecimiento vertiginoso de la empresa estatal conllevó el desarrollo de una gran cantidad de proveedores que usufructuaban las órdenes de compra del estado. Pequeñas y medianas empresas como SIAM Di Tella encontraron un nicho en el mercado gracias a la demanda de los Yacimientos Petrolíferos Fiscales. Otro caso destacado es el del hojalatero Miguel Miranda –luego presidente del BCRA y el IAPI durante las presidencias de Perón y protagonista junto con este de la estatización de los ferrocarriles británicos- que supo aprovechar el negocio de abastecer a la empresa de los envases correspondientes.
A raíz de lo destacado, la producción petrolera se cuadruplicó bajo la gestión estatal de Mosconi, lo cual llevó al recrudecimiento en el enfrentamiento con los sectores monopólicos. El mando de tipo militar desplegado por Mosconi al frente de los yacimientos era extraño frente a la lógica comercial/empresarial que era habitual en esos ámbitos. Esta acción comercial, pero patriótica, que busca el desarrollo productivo en pos de los intereses de la nación, es la que hace la diferencia entre la simple explotación económica y la producción para la soberanía nacional. No existe una lógica empresarial inocua u objetiva. Se dirigen los emprendimientos en pos del enriquecimiento egoísta o en pos de la grandeza de la patria. La ineficiencia del estado en el plano productivo, argumento liberal por excelencia, queda completamente descalificado al analizar la historia del desarrollo petrolero nacional en las manos del Estado bajo la conducción de patriotas empedernidos como el General Mosconi. En relación a la corrupción, otro argumento esgrimido por los sectores antinacionales, el general era taxativo:
“Yo afirmo, sin temor a equivocarme, que a los funcionarios que comprueben transgresiones o delitos que afecten intereses nacionales confiados a su custodia y no lleven a conocimiento de las autoridades superiores correspondientes y en su oportunidad a la opinión pública del país, que debe estar informada, no sólo han de comprenderles las prescripciones del Código penal, sino que debieran ser colgados en la vía pública.”
Con esta mano férrea, llena de convicción patriótica y desde el Estado empresario es como se desarrolló el petróleo en argentina.
Actualidad
En el año 1992, en el marco de la subordinación del gobierno de Carlos Saúl Menem al Consenso de Washington y a los monopolios extranjeros, la Sociedad del Estado Yacimientos Petrolíferos Fiscales fue transformada en una Sociedad Anónima. Finalmente, como corolario de lo que sería el desguace por parte del menemismo al control estatal de sectores claves de la economía, en 1999 la empresa fue vendida a la española Repsol, comenzando así un ciclo de decadencia de la que supo ser una empresa de referencia en el mundo.
Durante el segundo mandato de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, ante el inminente crecimiento de la restricción externa, la desinversión de la española Repsol en la empresa YPF y la clara dependencia generada por la subordinación a los monopolios, extranjeros en un sector tan importante de la economía, comenzó una embestida del Frente para la Victoria para recuperar YPF. Otro factor decisivo fue el rol que jugaron las provincias petroleras de la Argentina, que demuestran también el claro desinterés de Repsol por nuestra empresa nacional: mientras que la producción de gas y petróleo habían caído 11% y 18%, YPF lo había hecho al 35% y 30%, lo que implicaba también una fuerte disminución de los ingresos a los estados provinciales. Es así que en el año 2012 se avanza con la intervención de YPF y el Congreso aprueba una ley para que el Estado argentino obtenga el 51% de sus acciones a partir de la expropiación de Repsol, transformándola así en una empresa mixta.
A pesar de que lo anteriormente dicho representa un avance, lo cierto es que la actualidad ha demostrado cuán importante es la existencia de una empresa que direccione la producción y distribución de los recursos energéticos en beneficio de la economía nacional. Yacimientos Petrolíferos Fiscales no deja de ser una sociedad anónima que, aun con mayoría estatal, es conducida por equipos técnicos profesionales y no por cuadros políticos. Esto ha dado lugar a que -por ejemplo-, el ex presidente de YPF durante la presidencia de Cristina Fernández es hoy CEO de Vista Oil, una de las mayores empresas privadas que explotan Vaca Muerta.
En nuestro país, las reservas de gas y petróleo son abundantes, pero en 2020 agotamos nuestra capacidad de refino. Actualmente contamos con seis cuencas petroleras productivas, es decir, áreas geográficas donde se concentra la extracción de gas y petróleo. Se trata de las cuencas Neuquina, Golfo San Jorge, Cuyana, Austral, Noroeste y Chaco-Paranense, siendo las dos primeras las más importantes. La Neuquina se encuentra en las provincias de Neuquén, Río Negro y Mendoza; y es donde se encuentra el yacimiento Vaca Muerta, uno de los más grandes del mundo en cuanto a reservas de gas y petróleo no convencionales. Golfo San Jorge se encuentra en las provincias de Chubut y Santa Cruz, siendo la segunda cuenca más importante de Argentina y se caracteriza por la producción de petróleo convencional.
Para no repetir el modelo extractivista de Nigeria, exportador de petróleo crudo, desde el MLN con Martin Ayerbe a la cabeza (quien fue pre-candidato a presidente en las PASO 2023) se impulsa la construcción de dos refinerías de 200 mil barriles equivalentes a la Refinería de La Plata de YPF.
En Argentina tenemos ocho refinerías, de las cuales las más importantes son de YPF: la ya nombrada de La Plata, la Refinería de Luján de Cuyo (Mendoza) y la Refinería de Plaza Huincul (Neuquén). El resto son privadas: Raízen (licenciataria de la marca Shell), Pan American Energy (PAE), Puma Energy, Dapsa, Gulf, Voycon Energía y New American Oil.
Según la Secretaría de Energía de la Nación, en base a los últimos datos estadísticos presentados en septiembre del año 2019, YPF lideró el podio de ventas totales al mercado con más de 1,19 millones de metros cúbicos (m3) vendidos. Le sigue Raizen, con 377.057 m3 y, en tercer lugar, PAE, con 356.00 m3.
Las dos refinerías que debemos construir deberían estar estratégicamente ubicadas una en Catriel, provincia de Río Negro y la segunda en Comodoro Rivadavia, Chubut, donde se encuentran las dos cuencas petroleras más productivas del país. En la Neuquina el crudo principal es el medanito, un crudo liviano y más sencillo de refinar. Y en la cuenca del Golfo San Jorge el crudo característico es el escalante, el cual es más pesado y suele exportarse en buena medida porque faltan instalaciones adecuadas para su procesamiento.
Las refinerías que debemos instalar con YPF deberían incluir también la producción a craqueo, lo cual implica la inversión de grandes capitales con amplios beneficios en el margen de refinación si lo comparamos con una planta equipada con destilación atmosférica como la que tenemos en Plaza Huincul. Tanto el craqueo catalítico y térmico como los procesos de hidrotratamiento permiten obtener más cantidad de derivados del crudo y un combustible de mayor calidad, es decir, con menos residuos de azufre, nitrógeno y un mayor octanaje.
Para tener en cuenta, del petróleo crudo -dependiendo el tipo de proceso al cual se someta-, se obtienen además de la nafta derivados como el gasoil, el fuel oil (combustible de buques y centrales de energía eléctrica), los gases propano y butano (que son utilizados como materia prima en la industria petroquímica), los gases metano y etano (combustible de los hornos de la refinería) y el kerosene jet A1 (combustible usado por los aviones). Estas dos refinerías nos darían la capacidad a los argentinos para abastecer al mercado de combustibles en 7 millones TEP/año (Toneladas equivalentes de Petróleo).
La energía que consumimos en el país es en un 74% abastecida por gas y petróleo, esto significa que, de no realizar las obras pertinentes, nuestro modelo será el de exportar el crudo para que otros países refinen, se apropien del valor agregado e importemos los derivados para abastecer nuestro mercado interno.
Como dato de color, se agrega que al no contar con una marina mercante de bandera nacional, ni siquiera nos quedamos con el negocio del flete, es decir, perdemos en todo. En el gráfico que se encuentra abajo podemos observar cuál era la demanda de energía según cada sector en el año 2021.
Desde el MLN militamos desde hace años, como otros sectores del peronismo y el nacionalismo en general, la necesidad de iniciar un proceso de industrialización para alcanzar el Pleno Empleo. Que todos los argentinos puedan tener un trabajo digno, en blanco, y no depender de la ayuda estatal, estar subempleados o desempleados. En este sentido, una YPF 100% estatal que además de extraer y refinar, distribuya y comercialice los derivados del petróleo es de carácter estratégico generando así una fuerte ampliación en la demanda de energía por parte de la industria, el transporte y el comercio. No podemos depender de los privados, porque está a la vista que no quieren o no pueden abastecer siquiera la demanda actual.
Para darnos una idea de la magnitud de las obras, el Complejo Industrial La Plata (CILP) de YPF ocupa 350 hectáreas mayormente en la localidad de Ensenada. Posee 26 plantas de proceso, 8 de servicios auxiliares, parque de tanques y opera dos oleoductos de 1.165 km de extensión con 12 estaciones de bombeo y dos poliductos de 1.790 km con 11 estaciones. Estas dos plantas generarían, en las zonas nombradas (norte de Río Negro y Neuquén por un lado; Comodoro Rivadavia y norte de Santa Cruz, por el otro) 4000 puestos de trabajo industriales directos en el Estado empresario en cada zona. Esto, además, implica un desarrollo de una cadena de proveedores de la pequeña y mediana empresa privada. Pensemos que una planta de este tipo requiere proveedores de todo tipo: textiles para la fabricación de los uniformes del personal, industria metalmecánica para el desarrollo y reparación de piezas de las torres y hornos, talleres mecánicos para la reparación y mantenimiento de los camiones, autoelevadores, zorras, etc. Nos da aproximadamente 9000 puestos de trabajo más.
Se puede observar que, mientras el 30% estratégico está en manos del Estado, el 70% queda en el sector privado, donde más puestos de trabajo se generan y obviamente también utilidades para los empresarios. Sin embargo, no termina ahí, ya que sabemos que por cada puesto de trabajo industrial bien pago se generan en la comunidad por reflejo social 1.4 puestos de trabajo más.
Esos salarios bien pagos de la industria pesada y liviana son gastados por los trabajadores en sus barrios en carnicerías, peluquerías, jugueterías, albañilería, jardinería, etc. Estamos hablando entonces de 4.000 P.D.T (puestos de trabajo) en S.E + 9.000 P.D.T en PyME= 13.000 P.D.T industriales. Y a eso, si sumamos el reflejo social (18.200), nos da un total de 31.200 puestos de trabajo en cada zona donde se instala la refinería. El desarrollo de esta industria tan compleja requerirá de inversiones por parte de YPF, el Estado Nacional, los Estados Provinciales y también la coordinación con I.A.P.I. XXI (Instituto Argentino para la promoción del Intercambio) C.E., proyecto de Ley con estado parlamentario desde el año 2023 (1154-D-2023).
Esta corporación tiene entre otras 9 sociedades del Estado a la EMPRESA ARGENTINA DE PRODUCTOS MINERALES Y COMBUSTIBLES SOCIEDAD DEL ESTADO (EAMIC S.E.), como sociedad prestadora del servicio de depósito, abastecimiento, distribución, industrialización y comercialización de productos minerales y combustibles, la cual coordinará inversiones, créditos y todo lo necesario con Y.P.F. Para que esto sea posible hay que volver a lo que funcionó. La actual explotación petrolera en el marco de una Sociedad Anónima (S.A.P.E.N) convierte a nuestra petrolera en una empresa que actúa en el marco comercial buscando extraer ganancias con bajos márgenes de inversión y sin poner en el centro el desarrollo de la nación argentina. La independencia económica en el plano petrolero solo es posible con la Y.P.F 100% estatal impenetrable al capital privado que nos legó el general Mosconi, con la cual logramos integrar verticalmente el proceso de extracción, refinamiento y comercialización de crudo. A la vez que dominamos el mercado interno por fuera de la lógica extractivista-comercial-extranjera, poniendo como centro una perspectiva argentina por sobre cualquier otro interés.
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Hola! Muy interesante la nota, me gusta la idea de G. Moreno de entregar las acciones de YPF a la CGT, para que todo el aparato productivo esté en la mesa de las decisiones y no dejemos que aparezcan magos que nos hacen LA VISTA gorda. Saludos!