La Rusia de Putin: la pesadilla de Occidente

El presidente de la Federación Rusa, Vladímir Putin, en su entrevista con el periodista norteamericano Tucker Carlson.
El presidente de la Federación Rusa, Vladímir Putin, en su entrevista con el periodista norteamericano Tucker Carlson.

La Rusia de Putin: la pesadilla de Occidente

Por:  Iván F. Krolikowski

Estados Unidos sigue con sus manotazos ahogados frente al crecimiento de Putin. La guerra con Rusia se visualiza como objetivo a mediano plazo.


El flujo para la guerra no cesa, Occidente apoya los golpes de estado en todo el mundo.

Vladímir Vladímirovich Putin
Presidente de la Federación de Rusia

Seguir fomentando y avanzando con la guerra. Ese es el camino que eligen los países europeos y el poderío norteamericano bajo la impronta de los intereses de lo que llaman el «Occidente colectivo».

¿Pero qué es el “Occidente colectivo»? Es Europa en estado de servidumbre. Es Europa pregonando por la democracia liberal de libre mercado, aún cuando eso signifique ir a sangre y fuego. Es la OTAN avasallando al territorio ruso bajo la tutela de los Estados Unidos.

Simplemente leamos las palabras del jefe del Pentágono -secretario de Defensa de EEUU-, el general Lloyd Austin

«La OTAN es la alianza militar más fuerte de la historia, y es crucial para la seguridad permanente de EEUU […]. Un EEUU seguro no es posible sin una OTAN fuerte».

El general Lloyd Austin, secretario de Defensa de los Estados Unidos | Créditos: Maya Alleruzzo/Associated Press
El general Lloyd Austin, secretario de Defensa de los Estados Unidos | Créditos: Maya Alleruzzo/Associated Press

Es más, la redactora jefa del diario The Economist, Zanny Minton Beddoes, lo sintetizó en simples palabras al decir que «ayudar a Ucrania es la forma más barata posible de que EEUU mejore su seguridad». Pero eso no fue todo, la periodista sostuvo además, en un acto de cinismo puro, que “los combates los libran los ucranianos, porque ellos son los que mueren. Estados Unidos y Europa sólo les suministran armas. Y al hacerlo, estamos haciendo retroceder a Putin».

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Seguir fomentando y avanzando con la guerra. Ese es el camino que eligen los países europeos y el poderío norteamericano bajo la impronta de los intereses de lo que llaman el «Occidente colectivo».

¿Pero qué es el “Occidente colectivo»? Es Europa en estado de servidumbre. Es Europa pregonando por la democracia liberal de libre mercado, aún cuando eso signifique ir a sangre y fuego. Es la OTAN avasallando al territorio ruso bajo la tutela de los Estados Unidos.

Simplemente leamos las palabras del jefe del Pentágono -secretario de Defensa de EEUU-, el general Lloyd Austin

«La OTAN es la alianza militar más fuerte de la historia, y es crucial para la seguridad permanente de EEUU […]. Un EEUU seguro no es posible sin una OTAN fuerte».

El general Lloyd Austin, secretario de Defensa de los Estados Unidos | Créditos: Maya Alleruzzo/Associated Press
El general Lloyd Austin, secretario de Defensa de los Estados Unidos | Créditos: Maya Alleruzzo/Associated Press

Es más, la redactora jefa del diario The Economist, Zanny Minton Beddoes, lo sintetizó en simples palabras al decir que «ayudar a Ucrania es la forma más barata posible de que EEUU mejore su seguridad». Pero eso no fue todo, la periodista sostuvo además, en un acto de cinismo puro, que “los combates los libran los ucranianos, porque ellos son los que mueren. Estados Unidos y Europa sólo les suministran armas. Y al hacerlo, estamos haciendo retroceder a Putin».

Y si queremos ver medidas concretas, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, reconoce que se necesita aumentar el nivel de producción en la industria armamentística,  afirmando que desde la alianza deben «prepararse para una confrontación que podría durar décadas».

Jens Stoltenberg, actual secretario general de la OTAN | Créditos: EFE
Jens Stoltenberg, actual secretario general de la OTAN | Créditos: EFE

Pero todavía hay cosas más concretas. Por un lado, el Senado estadounidense aprobó una ayuda de u$s95.000 millones para Ucrania, Israel y Taiwán. Por otro lado, según cálculos recientes, desde el 22 de febrero de 2022 hasta el 13 de febrero de 2024, el pueblo estadounidense aportó un total de u$s113.000 millones para Ucrania, lo que equivale a u$s156 millones por día.

Esto significa que los EEUU sienten claramente la «amenaza rusa» reflejada en el apoyo logístico militar destinado a Ucrania, y en la expansión de la OTAN que encarna la ideología del Occidente colectivo, que no nos olvidemos, significa el sometimiento de la Unión Europea (UE) ante los intereses estadounidenses.

Sin ir más lejos, tenemos las recientes declaraciones del general de las Fuerzas Armadas de Alemania, Carsten Breuer, quien decía: 

«Si se sigue a los analistas y se observa el potencial de amenaza militar procedente de Rusia, […] significa de cinco a ocho años de tiempo de preparación para nosotros», rematando con «[…] en cinco años tenemos que estar preparados para la guerra (con Rusia)».

¿Y qué pasa si hay algún país europeo que no acepta someterse a los intereses norteamericanos? La respuesta es simple: cómo ya lo comentábamos en otro análisis, «cuando no hay acuerdos, hay sanciones»

Y esta vez le tocó a Hungría; el asesor del primer ministro húngaro, Balázs Orban, declaró que la UE amenazó con sabotear la economía húngara por su negativa a suministrar apoyo financiero a Ucrania. 

Balázs Orban, asesor del primer ministro húngaro | Créditos: Prensa de la Oficina del Primer Ministro
Balázs Orban, asesor del primer ministro húngaro | Créditos: Prensa de la Oficina del Primer Ministro

El asesor afirmó que, «cuando los jefes de Estado y de Gobierno de la UE hablaron por teléfono con el primer ministro Orban, le transmitieron abiertamente esta amenaza».

Todo esto, la ideología del poderío norteamericano bajo la impronta del «Occidente colectivo», se hace notar más aún cuando bajo un discurso de doble vara democrático, solamente se toleran las voces de aquellos con quienes coinciden en sus ideas.

El ex primer ministro británico, Boris Johnson,  recientemente acusó de «traidor» al periodista estadounidense Tucker Carlson, por haber entrevistado a Vladímir Putin.

«En su felicidad servil por tener una ‘primicia’, boquiabierto y con risotadas, traicionó a sus espectadores y oyentes en todo el mundo», sostuvo Johnson.

Por su parte, en la entrevista brindada, Putin defendió la postura rusa, evidenciando que las hostilidades de la OTAN no son un problema reciente, por ejemplo, al manifestar que Rusia habría intentado ingresar a dicha organización en el año 2000 como un intento de acogida en la comunidad internacional, luego de la caída de la Unión Soviética. Pero fue el presidente Bill Clinton quien rechazó  tal propuesta.

La progresiva expansión de la OTAN desde la disolución de la Unión Soviética, y el rechazo a que Rusia forme parte de dicha organización, sin duda nos plantea un panorama geopolítico central. 

Y no nos olvidemos de las sanciones contra Rusia, ni de los activos rusos congelados en bancos europeos, que ahora reaparecen en la escena luego de que la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, defienda que Occidente realice una confiscación de los activos rusos antes de las elecciones en los EEUU ya que, según declaró, «los períodos electorales son siempre tiempos turbulentos».

Si hay alguna certeza en este mar de acontecimientos es que, tanto los Estados Unidos, como la OTAN y la UE, tienen miedo de que su poderío centralizado basado en el hambre de los pueblos se desmorone. Y es ahí cuando entra en juego su fervoroso miedo a la Rusia de Putin.


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