Chicos ricos, no se asusten tanto

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Chicos ricos, no se asusten tanto

Por: Pablo Garello

Pablo Garello es integrante del medio digital Rosca y Tinto y actual Secretario General de la Juventud Peronista del Partido Justicialista de Santa Fe.

La realidad se expresa en memes y las situaciones en los distintos lugares de nuestra patria expresan lo que se vive hace rato.


El Peronismo es esencialmente popular. Todo circulo político es antipopular y, por lo tanto, no peronista.

Verdad Justicialista Nº2

Por mi rol como Secretario General de la JP, me toca viajar bastante. Hace poco estuve en la ciudad de Reconquista, la más importante del norte santafesino. Cuando voy a otras localidades recreo el mismo modus operandi: agarro la base de datos del Curso de Introducción al Peronismo (que hicimos con los compatriotas de Repliegue, Historias Destacadas, Cabaret Voltaire y El Aluvión y que tuvo más de 3500 inscriptos) y les escribo a los compañeros de cada localidad invitándolos al encuentro.

Siempre funciona. En Reconquista fueron cuatro personas, en otras localidades más y en otras, más chicas, menos; pero siempre funciona. El hecho es que después de dar una pequeña charlita sobre la cuestión nacional, un hombre (de los que yo personalmente había convocado) levanta la mano.

– Yo tengo muchas ganas de participar, de que el peronismo haga cosas, que le resuelva la vida a la gente. Pero nunca nos convocan. Hoy vine porque Pablo me escribió al WhatsApp, pero sino los dirigentes de acá no te convocan. Hay que mejorar eso, y además dejar de pelearnos un poco. No puede ser que sigamos así.

El hombre estaba vestido de trabajo. Bombacha, zapatos con punta de acero y un buzo desgastado. Venía por fuera del sistema político, se notaba. Era un elemento extraño al mundo gris e improductivo de la partidocracia. Un laburante que estaba preocupado por su ciudad y que quería ayudar, un laburante que le decía a las autoridades presentes (de camisa y zapatos de cuero) que abran el partido y que se dejen de hinchar las pelotas.

Después me acerqué, el hombre trabajaba en el campo y estaba predispuesto a sumarse a un proyecto colectivo. Tenía sed de referencia, de convocatoria. Sed de buena política.

Memes

La semana anterior giraron un par de memes muy particulares en Twitter que me llamaron la atención. Un grupo de libertarios se ufanaba de que con ellos militaba el morochaje, de que el pueblo estaba con Milei, y que el peronismo se había vuelto un rejunte de blancos chetos del microcentro. Que ellos son la derecha popular. Y con orgullo.

Y la verdad que sí. Milei es un fenómeno nuevo de la derecha nacional. No tiene nada que ver con el macrismo, gobierno de familias tradicionales de la oligarquía, poco afectos al populismo y a sus modos. Que prefieren no gritar. Que prefieren usar saco y camisa en vez de una campera de cuero vieja. Que no hacen películas de ellos mismos porque es de grasa. Que no les interesa construir un relato, solo hacer negocios. Milei es popular. Fue verificado en las elecciones y se sigue verificando hoy: luego del ajuste más brutal de la historia, conserva un 50% de imagen positiva.

¿Y el peronismo?

“¿Sabes cuando te das cuenta de que nos volvimos de clase media? Cuando vas a una actividad y son todos iguales, todos piensan igual, hacen las mismas cosas, van a los mismos lugares, todo es bien homogéneo. Y eso está mal. Porque en un encuentro del peronismo tiene que haber nenes llorando, viejos puteando, un perro dando vueltas. Eso es nuestro pueblo y nuestro pueblo es heterogéneo. Reuniones donde se hablen los problemas reales: la comida, la seguridad, el trabajo. Donde el eje sea la vida cotidiana, no la ideología. Si el peronismo representa al pueblo, se tiene que ver así. Si no es otra cosa, es liberalismo, o es un juego. La política es como un juego o solo un negocio”. Esto me decía hace poco uno de los militantes más lúcidos que conocí en mi vida.

Mi episodio en Reconquista me hizo pensar en eso. ¿Por qué los laburantes son cuerpos extraños en el “partido del pueblo”? ¿En qué momentos nos convertimos en un espacio de universitarios, blancos y de clase media que discuten el sexo de los ángeles antes que la seguridad o el trabajo? ¿Por qué nos cuesta tanto convocar al argentino de carne y hueso?

No tengan dudas de que, si el peronismo fue una fuerza transformadora, lo fue por su componente popular. Por los trabajadores organizados, por la comunidad real: los clubes, las fábricas, las escuelas, los sindicatos. Donde se respira vida, donde se compra, se vende, se cura, se educa, se transpira, se sueña. Donde hay contradicciones y donde las discusiones no pasan por el tamiz de la ideología ni de elucubraciones clasemedieras.

El tema es que hoy, hegemonizados por un conjunto de sectas mantenidas al calor de la política profesional, nos volvimos ajenos a nuestro pueblo. Fuimos absorbidos por una clase media politizada, profesional y con absolutamente todo resuelto. Abandonamos al obrero y nos dejamos conducir por una clase siempre vacilante. Moldeada al calor de ideas foráneas y de asquito al gordo sindicalista; gordo y negro que le reza a la virgen. 

No es que quiera romantizar una imagen del peronismo clásico. Solo digo que perdimos representatividad porque dejamos de ser como era el pueblo. Nos quisimos parecer al partido verde alemán y nos olvidamos que vivimos en un país con 60% de pobres.

Por eso hay que volver a patear la calle, volver a convocar a todos, abrir el partido y las unidades básicas. Hablar fácil y de cosas cotidianas. Poder charlar con nuestro tío aunque sea libertario. Les aseguro que van a tener mucho más en común con nosotros que lo que tenemos con nuestros dirigentes (que viven en countries y hacen tik toks coquetos). Abandonar la política de cúpula. Escuchar, caminar y trabajar. Sin ánimos electorales ni facciosos.

Ser argentinos, ser de pueblo. Y volver a ser peronistas.

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2 comentarios

  1. Hola.
    Totalmente de acuerdo con el enunciado del principio. Estoy harto que el peronismo se haya farandulizado y se discutan pelotudeces por tuiter, que especulen por cargos, o que se discuta si la gorila complice del reviente del 76, Villaroel es o no nacionalista. Y si hay que putear el pasado reciente, que se putee con altura, sustancia y contenido.
    Hay mucho piberio interesado en esos cursos. Saquenlo a la calle; sindicatos, ctro de jubilados, ctros.barriales, etc.. Ya saben que hoy prevalecen los egos y no proyectos transformadores que desde el 76 fueron clausurados. Carecemos de vision y proyecto geopolitico. Ojala se multipliquen estas iniciativas y volvamos a pensar en la patria y no en las elecciones del año que viene. El mundo esta cambiando muy rapidamente a favor de los pueblos y nosotros ni la vemos.

  2. la dirigencia y la militancia ha vuelto de Alberto un chivo expiatorio para no profundizar lo suficiente internamente. en el fondo parece no haber ánimos de cambio. son todos inmorales, los dirigentes por lo que hacen y los militantes porque lo justifican. es muy triste ver que el peronismo sea entendido, por los propios peronistas, como una manera de ejercer el poder. si el fin es tener el poder no iremos a ningún lado, a pesar de la «profunda» autocrítica que nos llaman a hacer dirigentes y militantes. todo está viciado, no hay perspectiva de cambio, a excepción de esta clase de propuestas. es todo muy triste y desolador.
    a veces me da la sensación que al final ganó Vandor y el peronismo sin Perón es esto en lo que nos convertimos.

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