La guerra eterna: El conflicto entre el Líbano e Israel

En los últimos días se repitió la imagen de miles de civiles abandonando el sur de El Líbano escapando de los nuevos ataques de Israel
En los últimos días se repitió la imagen de miles de civiles abandonando el sur de El Líbano escapando de los nuevos ataques de Israel

INTERNACIONAL

La guerra eterna:
El conflicto entre el Líbano e Israel

Por:  David Pizarro Romero

Escenas trágicas y terror. Una situación en escalada constante, la guerra sin fin hace estragos entre los civiles. ¿Qué buscan Israel y Hezbolá?


Oficialmente el Líbano e Israel se encuentran en guerra desde el 15 de mayo de 1948, ha habido ceses del fuego de años de duración, pero la paz nunca se ha firmado. En la actualidad estamos ante un resurgimiento de este conflicto. Los ataques entre Hezbolá e Israel se han intensificado en los últimos días. Los informes procedentes del Líbano indican que los ataques aéreos israelíes han causado hasta el día de ayer 492 muertos y más de 1600 heridos

Estos últimos ataques se producen poco después de que miles de localizadores y otros dispositivos electrónicos (walkie talkies y celulares) explotaran en todo el Líbano los días 17 y 18 de septiembre, matando a 37 personas e hiriendo a más de 3000.

Aunque Hezbolá acusó a Israel de los ataques, este no se atribuyó la operación. Sin embargo, no es difícil culpar a Israel, una nación especializada en aterrorizar a determinadas poblaciones civiles árabes con el pretexto de luchar contra el propio terror. Desde octubre del año pasado, esta misma nación se ha ocupado de llevar a cabo un genocidio en la Franja de Gaza, donde oficialmente han muerto más de 41.000 palestinos, en su amplia mayoría mujeres y sobre todo niños, pero la cifra real de muertos sea probablemente mucho mayor.

Y aunque los objetivos ostensibles del ataque del martes eran miembros de Hezbolá que llevaban localizadores, se llevó a cabo con pleno conocimiento de que las consecuencias serían indiscriminadas y que se producirían víctimas civiles masivas. Pero ese es el objetivo del terrorismo, ¿no?

Hay que subrayar que Hezbolá debe toda su existencia a la invasión terrorista israelí del Líbano en 1982, que masacró a decenas de miles de libaneses y palestinos. La ocupación del sur del Líbano por parte de Israel, basada en la tortura y la violencia, persistió hasta mayo de 2000, cuando el ejército israelí se vio ignominiosamente obligado a retirar sus fuerzas por la resistencia libanesa liderada por Hezbolá.

En 2006, Israel regresó al Líbano en un asalto de 34 días que diezmó la infraestructura libanesa y asesinó a unas 1.200 personas, la mayoría civiles. Después de todo, una nación que vive de la guerra perpetua no puede permitirse dejar pasar demasiado tiempo entre una explosión y otra.

Por supuesto, Israel siempre afirma que actúa en defensa propia, y la detonación gratuita de localizadores en todo el Líbano parece haberse añadido ahora al repertorio defensivo. Pero un vistazo a la historia revela que, al igual que en Palestina, las maquinaciones israelíes en el Líbano han estado impulsadas tradicionalmente por motivos claramente colonialistas. Y es que los dos objetivos que Israel ha perseguido en los últimos decenios han sido la limpieza étnica de quiénes considera sus enemigos y la expansión territorial. 

Volviendo a las explosiones del 17 y 18 de septiembre, Volker Turk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, declaró que “el derecho internacional humanitario prohíbe el uso de artefactos explosivos y que «es un crimen de guerra cometer actos de violencia destinados a sembrar el terror entre la población civil”.

Volker Türk – Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Días después, Israel bombardeó un edificio en Beirut, matando a 45 personas, entre ellas un comandante de Hezbolá.

Funcionarios israelíes han dicho que sus recientes ataques contra el Líbano son un intento de lograr una “desescalada a través de la escalada”Aparentemente lo dicen en serio. Sin embargo, en respuesta, Hezbolá ha lanzado cientos de cohetes hacia Israel, lo que indica que es poco probable que los intentos israelíes de lograr una escalada desescalada funcionen.

En un discurso pronunciado tras las explosiones de los localizadores, el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, afirmó que Israel había “traspasado todas las líneas rojas”, que el grupo seguía resuelto y que continuaría sus ataques contra Israel.

Hasan Nasrallah – Secretario General de Hezbolá

Guerra psicológica

Desde que comenzó la guerra actual entre Hamás e Israel en octubre de 2018, los enfrentamientos entre Hezbolá y el ejército israelí se han basado en una lógica de disuasión, en la que cada parte intenta disuadir a la otra de ampliar el conflicto.

Sin embargo, el ministro de Defensa israelí, Yoav Galant, ha declarado recientemente que el foco del esfuerzo bélico israelí se está desplazando al norte del país y que Israel planea profundizar sus ataques contra el Líbano. El presidente israelí, Isaac Herzog, ha afirmado que Hezbolá esconde cohetes en casas de civiles, sugiriendo que podrían convertirse en objetivos. Mientras, el ministro de Educación israelí ha pedido «una guerra masiva contra Líbano». También ha declarado: “No hay diferencia entre Hezbolá y Líbano. Tal y como van las cosas, Líbano será aniquilado”. Teniendo en cuenta que hoy Israel tiene el gobierno más extremista, religioso y fanático de su historia, declaraciones como ésta no sorprenden en lo absoluto.

Yoav Galant – Ministro de Defensa de Israel

Estos comentarios, junto con los ataques contra Líbano, indican que el enfrentamiento entre Hezbolá e Israel puede hacerse más intenso en las próximas semanas y meses. También exacerban el nivel de terror entre la población civil, que ya está lidiando con la incertidumbre y el estrés que ha provocado la guerra.

Aunque Israel no ha confirmado estar detrás de las explosiones de los localizadores, los aviones israelíes sobrevuelan Líbano con regularidad, provocando estampidos sónicos al romper la barrera del sonido. Se trata de una táctica diseñada para sembrar el miedo entre la población civil.

Israel ha adoptado una táctica similar en Gaza, utilizando drones que producen un fuerte zumbido constante que provoca ansiedad y una sensación de inseguridad.

Estas exhibiciones permiten a Israel demostrar la fuerza de sus capacidades militares. En este contexto, Israel está intensificando sus ataques en todo Líbano para erosionar la moral del pueblo libanés.

Israel recurre al terrorismo una vez más

Las explosiones en todo el Líbano infundieron un profundo terror entre la población. Entre los heridos y muertos había civiles inocentes, incluidos niños. Esto plantea la cuestión: ¿Se consideran terroristas los atentados indiscriminados que siembran el miedo entre la población civil si reúnen todas las características del terrorismo pero carecen de un objetivo o motivación específicos, dado que nadie los ha reivindicado?

Los estudiosos de la política han intentado elaborar definiciones de terrorismo. Algunos sostienen que cualquier acción que genere terror o pánico y tenga como objetivo desestabilizar a la sociedad puede considerarse un acto terrorista. Sin embargo, la falta de una reivindicación clara complica esta clasificación. Estos actos parecen más parecidos a actos delictivos, ya que las motivaciones políticas o ideológicas no están formalmente establecidas.

El concepto de terrorismo se originó durante la Revolución Francesa, especialmente durante el Reinado del Terror, un periodo violento marcado por la ejecución de decenas de miles de personas por parte de los gobiernos revolucionarios.

En respuesta al terror estatal, surgieron grupos que se identificaban como revolucionarios y empleaban tácticas similares para resistir a sus autoridades, y estos grupos fueron considerados terroristas.

Desde entonces, el terrorismo se considera una forma de comunicación violenta dirigida contra un Estado, que utiliza medios letales para infundir miedo y lograr objetivos ideológicos o políticos específicos. En 1979, el gobierno de Estados Unidos comenzó a designar a determinados países como «estados patrocinadores del terrorismo», e Irán fue implicado especialmente en el apoyo a tales actividades tras la Revolución iraní. Por otro lado, en ocasiones un estado puede generar terror sobre su propia población, estos casos son más raros, pero nosotros los argentinos tenemos una triste experiencia en el tema luego de haber experimentado el terrorismo de Estado durante el gobierno de la dictadura cívico militar entre 1976 y 1983.

En la actualidad, la cuestión de si los Estados emplean tácticas similares al terrorismo es compleja y muy debatida. Las estrategias antiterroristas suelen tener como objetivo proteger a las naciones de amenazas inmediatas, mientras que la contrainsurgencia se centra en estabilizar y apoyar a los gobiernos existentes.

Pero la contrainsurgencia violenta plantea dilemas éticos. Puede perpetuar ciclos de violencia, causar más terror y reforzar la rebelión entre las poblaciones afectadas.

Benjamín Netanyahu – Primer Ministro de Israel

¿Cuál es el éxito de estos ataques?

Si el objetivo es sembrar el miedo, entonces estos atentados tienen éxito. Las explosiones provocaron escenas de pánico en lugares públicos, ya que tiendas, restaurantes, escuelas y hospitales se convirtieron en focos de terror.

Sin embargo, si -como ha sugerido el gobierno israelí– los ataques buscan debilitar el apoyo de Hezbolá entre la población libanesa, pueden tener el efecto contrario. Aunque muchos libaneses se han mostrado críticos con la participación de Hezbolá en el conflicto, estos recientes atentados se perciben como dirigidos contra todos los libaneses.

Muchos civiles inocentes murieron o resultaron heridos, entre ellos mujeres, niños y personal sanitario. Personas de toda condición sintieron una amenaza palpable, lo que dio lugar a una solidaridad sin precedentes.

Es la opinión del autor que éstos últimos ataques de Israel han galvanizado un mayor sentimiento de solidaridad entre la población libanesa. Tras los atentados, se multiplicaron las peticiones de donaciones de sangre, mientras diversos partidos políticos y grupos religiosos expresaban su apoyo a las víctimas.

Para Hezbolá, estos atentados, a pesar de las importantes pérdidas humanas, pueden servirle para reforzarlos políticamente. Refuerzan su narrativa de martirio y presentan al grupo como defensor del Líbano ante sus seguidores. Sin embargo, por otro lado, las pérdidas que están sufriendo también muestra cierta debilidad y falta de preparación que hace pensar si Hezbolá realmente puede resistir un ataque israelí a gran escala.

Los ataques transfronterizos de Israel y Hezbolá están diseñados en parte para presionar a la población civil y, a su vez, al bando contrario. Sin embargo, esta guerra psicológica no ha dado los resultados esperados para ninguno de los dos bandos. Miles de civiles a ambos lados de la frontera han tenido que huir de sus hogares. A pesar de todo esto, por ahora, ninguno de los dos bandos parece tener ganas de contenerse y negociar.

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