Estados Unidos se tambalea y abandona el frente ucraniano
Por: Ivan F. Krolikowski
Ante la destitución de McCarthy, el republicanismo toma fuerza en la Cámara baja de Estados Unidos y el financiamiento a Ucrania queda fuera de las prioridades. Los ucranianos se sienten “a su suerte”. Crecen las huelgas obreras en el territorio yanqui.
Ucrania y su búsqueda de aliados está en una insoslayable profundización con el paso del tiempo. Se multiplican los desafortunados acontecimientos que ya, con antelación, mostraban a la legua el porvenir de la nación ucraniana, en virtud de los crecientes problemas suscitados al interior del gobierno estadounidense.
La conflictividad partió a la hora aprobarse una ley de financiamiento temporal por 45 días, dado que el planteamiento de seguir o no manteniendo el financiamiento a Ucrania provocó algunas disidencias. Los sectores republicanos planteaban que los dólares deberían ser puestos a disposición de la protección empresarial y la economía norteamericana, mientras los demócratas contrariaban tal postura sosteniendo la necesidad de evitar el desarrollo ruso y chino en la escena geopolítica.
Frente a tal disputa Kevin McCarthy, el presidente de la Cámara de Representantes y miembro del Partido Republicano impulsó y logró aprobar un financiamiento temporal que no incluye presupuesto destinado al apoyo ucraniano, aunque dicha propuesta venía siendo planteada por el presidente Biden. A pesar de su voluntad, el ala más conservadora del republicanismo con el diputado Matt Gaetz a la cabeza, presentó una moción de destitución acusándolo de traicionar al partido y llegar a un acuerdo con el propio Joe Biden.
Resulta interesante tal escenario debido a que la Cámara baja nunca antes había destituido a un presidente en ejercicio de sus funciones. Y pese a que podría parecer una cuestión menor, no pareciera que fuera así para los dirigentes ucranianos envueltos en una guerra sostenida por la política exterior de Occidente.
Ante la coyuntura un diputado ucraniano, Yaroslav Zhelezniak, sostuvo que su país “se convirtió simplemente en un rehén de la política interior de los Estados Unidos”. Pero en contraposición a esa línea habló también Ivanna Klympush-Tsintsadze, otra diputada ucraniana, siendo aún más profunda:
«Estamos en pánico. Esto es un desastre para nosotros. Nos interesa que las cosas se arreglen para que la democracia estadounidense pueda funcionar, para que así podamos restaurar el consenso bipartidista sobre el apoyo a sus propios intereses nacionales apoyando a Ucrania».
Por su parte la Unión Europea también mantiene un proceso de discusión interna, que lleva a la evaluación de la factibilidad de seguir financiando a Ucrania. Por ejemplo; la presidenta de Eslovaquia Zuzana Caputová, considera necesario suspender la asistencia a Kiev, según publicó el diario eslovaco «Dennik N».
La penumbra que se asoma y acorrala al pueblo ucraniano no pareciera cambiar mucho las cosas. Al escenario poco alentador se le sumaron las recientes declaraciones del Coordinador para Comunicaciones Estratégicas del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, quien en una conferencia de prensa fue tajante:
«Nos estamos acercando al final de la cuerda. Quiero decir que hoy hemos anunciado US$200 millones. Y mantendremos esa ayuda mientras podamos, pero no va a ser indefinida».
La situación que se presenta es clara, aunque oscura para Ucrania. El transcurso del tiempo solo logrará develar la insostenibilidad de un conflicto que buscaba. Pero al gigante del norte no pareciera ya funcionarle su fórmula corriente: sostener su imperio en base a conflictos transnacionales cuyo único resultado real es el elevado costo de vidas humanas interpuestas en medio de sus intereses económicos.
Si bien es un problema sustancioso el que se aproxima ante la posibilidad de seguir o no financiando a Ucrania, esencialmente visible en problemas de política exterior, no se tiene que menospreciar los recientes inconvenientes planteados en la política interna con sus mismos compatriotas.
Yendo a los datos duros: más de 75.000 trabajadores de Kaiser Permanente realizaron huelgas exigiendo mejoras en las condiciones laborales y aumentos salariales. Los trabajadores de Kaiser permanente dicen enfrentar largas jornadas de trabajo debido a la escasez de personal, situación a la que también son sometidos los pacientes que deberán esperar muchas horas para recibir atención médica. «La huelga es nuestro último recurso» expresaban los obreros movilizados.
Por otro lado, los problemas también se notan en el sector de la industria automotriz; los trabajadores sindicalizados de Mack Trucks, propiedad del Grupo Volvo, se declararon en huelga después de que la mayoría de los miembros del sindicato de la empresa rechazaran un acuerdo con la patronal.
Saliendo del enclave norteamericano, aunque sin alejarnos tanto, resulta necesario dejar planteada la hipocresía de los medios de comunicación hegemónicos en relación al conflicto Israel-Palestina. No se debe caer en la lógica ángeles y demonios, pero tampoco se debe hacer pasar por ángel a aquel que más bien pareciera ser todo lo contrario. Y esto no es un mero capricho partidista, es una realidad que se evidencia con datos duros de la realidad.
Es de público conocimiento la cercanía del Estado de Israel con EEUU, como también lo son las posiciones que tomó el gran país del norte en la política internacional en la que siempre primaron sus intereses económicos incluso haciendo falsas acusaciones, o cambiando la realidad a su conveniencia.
ALCA ALCA ALCARAJO YANKEES DE MIERDA