La paz y la guerra, dos mundos en pugna

Por:  Francisco Kovacic Gonzalez

Europa y su intención de retomar las armas con Ucrania y Gaza como sus pruebas de laboratorio. La voz del Papa retumba y molesta a la clase dominante

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«Europa tiene que poner el turbo a su capacidad industrial de defensa». De esta manera fue que Úrsula Von der Leyen, la presidente de la Comisión Europea (CE), hizo público su interés de seguir fomentando la guerra a nivel global. Esta afirmación la hizo en Bucarest, durante una reunión del Partido Popular Europeo (PPE), el bloque político más grande en la UE.

El único objetivo posible de este desarrollo a la capacidad industrial de defensa, es el de reforzar las fuerzas de defensa para estar preparados ante posibles batallas. Por eso la discusión es simple: visiblemente, el plan es respaldar la producción militar en detrimento de los pueblos.

«Nuestro objetivo común debe ser claro: necesitamos poner el turbo a nuestra capacidad industrial de defensa en los próximos 5 años. En el centro de esto debe haber un principio simple: Europa debe gastar más, gastar mejor, gastar de manera europea», fue la expresión completa.

Contradicciones de un discurso en decadencia

Estas declaraciones son, al final, contradictorias contra el propio discurso de paz y de construcción a los que refieren en la ONU y demás organismos, donde se discuten el reparto de las riquezas de los pueblos. Con estas medidas, lo que quieren es cubrir su urgente necesidad de reconstruir, reponer y modernizar las Fuerzas Armadas de los países miembros del bloque. 

Lo dijo el propio Josep Borrell, el alto representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad del bloque, en una entrevista al día siguiente: «Está claro que hay un nuevo sentido de urgencia y responsabilidad entre los Estados miembros para intensificar nuestro trabajo conjunto en defensa y un claro deseo de hacer más y juntos».

Ucrania como excusa

«En materia de seguridad, no hay problema más apremiante que Ucrania. […] No cabe duda. Europa estará al lado de Ucrania todo el tiempo que sea necesario. Con más apoyo financiero y más apoyo militar», agregó la titular de la CE.

Lo que ocultan esas declaraciones es que mientras los pueblos sufren cada vez más hambre, desnutrición, enfermedades de todo tipo, inseguridad, desempleo y la pauperización de generaciones enteras, ellos siguen apuntalando a un sistema de saqueo permanente de las riquezas de los países en beneficio propio.

Gaza, una luz que persiste

Al estancarse las negociaciones para un alto el fuego, el brazo armado de la resistencia palestina realizó varios ataques exitosos contra tropas israelíes, logrando así suprimir varios objetivos militares. La intención sionista de exterminar a Hamas y cualquier vestigio de la resistencia no tiene posibilidad, porque estos movimientos “son la expresión de todo un Pueblo que, luego de décadas de sufrir la opresión y la ocupación, tiene muy claro quién es su enemigo y la necesidad de derrotarlo”, tal como sostienen los militantes palestinos. 

En un momento en el que las negociaciones sobre un alto el fuego en El Cairo empeoró, los pro-palestinos aumentaron la presión sobre el terreno sobre el enemigo, de manera deliberada, como informaron ayer las ramas militares de las facciones de la resistencia. Todas éstas hablaron de decenas de misiones de combate pesado de la cual, la más importante de todas fue una emboscada anunciada por las Brigadas Al-Qassam en la ciudad de Hamad, al noroeste de Jan Yunis, en la que mataron e hirieron a 20 soldados israelíes. 

Es más, ese órgano se sigue desarrollando, ganando cada vez más firmeza y unidad en todo el mundo árabe. Los distintos pueblos, víctimas del imperialismo occidental, juegan un papel esencial.

Francisco y Zelenski, dos aristas cruzadas

El Sumo Pontífice le pidió expresamente a Volodímir Zelenski, el presidente de Ucrania, que “deje seguir manteniendo el conflicto con Rusia antes de que sea tarde y se pierdan más vidas”. A esto agregó que hoy se puede negociar con las potencias, y que hay muchos países dispuestos a ayudar a Kiev a negociar con Putin y poner fin al conflicto.

“Cuando ves que estás derrotado, que las cosas no van, debes tener el coraje de negociar. Te da vergüenza, pero ¿con cuántos muertos acabará?”, dijo el papa Francisco en una entrevista con la cadena suiza ‘RSI’.

“Es más fuerte que vea la situación, que piense en el pueblo, que tenga el valor de la bandera blanca, para negociar. Hoy se puede negociar con la ayuda de las potencias internacionales. La palabra negociar es valiente”, dijo Bergoglio en un reportaje que será transmitido el próximo 20 de marzo, pero que se adelantó este sábado 9 de marzo por los medios italianos.

“Negociar nunca es rendirse. Es el valor de no llevar al país al suicidio”, advirtió Francisco, quien denunció, en lo que pareció ser una alusión al complejo industrial militar de EEUU, que detrás de los conflictos bélicos siempre “está la industria armamentística y eso significa dinero”.

Por supuesto, Zelenski respondió inmediatamente indignado. “Si los asesinos y torturadores rusos no avanzan hacia Europa es sólo porque les paran ucranianos con armas en la mano bajo la bandera azul y amarilla”, afirmó Zelenski en una conferencia de prensa. 

El ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmitró Kuleba aseguró que “Ucrania nunca izará otra bandera que no sea la amarilla y azul”, en respuesta a Francisco.

Varios países ven la solución de los problemas a través del diálogo y la cooperación, la guerra solo está sosteniendo sosteniendo los intereses de unos pocos y el planeta ya puede soportar más esta situación, incluso El vicecanciller alemán, Robert Habeck, instó a los políticos de su generación a que no dejen asuntos sin resolver a las siguientes generaciones. “Resuelvan los jodidos problemas que tenemos ahora”, sostuvo, en un reciente discurso en la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York.

Ante este panorama lo único que queda claro es lo siguiente: quiénes de la clase política quieren la paz y quienes la guerra. El líder de la Iglesia Católica es, hasta ahora, uno de los pocos que logra poner en palabras su posición por la paz. Las potencias del Orden Mundial, por su parte, excusadas en su nacionalismo (de exclusión) velan por la continuidad de los conflictos.