
COMUNIDAD
De slogans vacíos
a los intereses de la Patria
16 de Noviembre de 2025
Por: Pablo Garello
Pablo Garello es integrante del medio digital Rosca y Tinto y actual Secretario General de la Juventud Peronista del Partido Justicialista de Santa Fe.
El desafío generacional de construir una alternativa política para la grandeza de la Argentina.
Vuelvo a escribir después de un tiempo y post derrota electoral. Y no, no voy a hacer un análisis sobre las elecciones. No solo porque está todo dicho, sino porque me parece más valioso discutir cómo vamos a trabajar para reconstruir un movimiento (y una Patria) que se desgranan a pedazos, antes que regodearme en las mieles de mi pensamiento.
Desde Aurora, la organización que creamos en Rosario y que está creciendo en toda la provincia de Santa Fe, tomamos una decisión: el día 27, posterior a las elecciones, iríamos a recorrer una fábrica. Elegimos Rosario Bioenergy (una pyme de biocombustibles), por la importancia del sector en la provincia y por algo que nos obsesiona como gringos del interior productivo: agregarle valor al campo.
La decisión fue eminentemente política. Si perdíamos, no queríamos estar todo el lunes tirados, scrolleando en twitter, con angustia. Si ganábamos, queríamos evitar el relajamiento propio del triunfo y la errónea sensación de que la gente volvía desesperada a buscar peronismo. Queríamos estar en movimiento. Sumado a eso, y aquí lo más importante, el profundo convencimiento de que sólo podremos construir una fuerza de mayorías si abrimos el juego y conocemos experiencias por fuera de la endogamia de la política.
La visita estuvo espectacular, la fábrica produce 50 mil toneladas de biodiesel por año, tiene plantas por todo el cordón cerealero, y exporta a Europa y a EEUU. Además, van a readecuar la vieja refinería de YPF en San Lorenzo para producir biocombustible para aviones. Será la primera de su tipo en Sudamérica. La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), se comprometió a lograr cero emisiones de CO2 para 2050, y muchas aerolíneas del viejo continente están empezando a utilizar energía verde, por lo que se abre un mercado de exportación fenomenal.

Con el dueño conversamos alrededor de 2 hs. Nos contó de problemas burocráticos, de la disputa con petroleras y cerealeras, de la avanzada del gobierno nacional contra la ley que protege a las pymes. Evidentemente, un tipo que necesita soluciones de la política. Mientras él hablaba yo pensaba en el slogan de campaña de Fuerza Patria: “Frenar a Milei y empezar lo que viene”. Un slogan vacío, sin propuestas ni ideas atrás. Sin fuerzas como para hablarle a tipos así, o a cualquier tipo de la Argentina. Sin espíritu, sin pasión, sin política. Solo un magro y estupido “frenemos a Milei”.
Por eso, y por tantas otras cosas, el peronismo sufre una crisis terminal. Hay que rompernos la cabeza, con trabajo y creatividad, para ver cómo salimos de este atolladero. De hecho, Aurora es producto de eso. Producto del cansancio de la lógica de orga, sin discusión, sin apertura, cada vez más chica e impotente.
Producto de las ganas de armar algo nuevo, desde abajo, sin un peso, sin aparato, pero con la convicción de aportar frescura a un movimiento fosilizado. Volviendo a poner guita de los bolsillos, vender empanadas, hacer un cine club para juntarla, con alegría, sin dependencia a ningún caudillito inseguro y paranoico. Con un profundo amor a la causa. Responsables del momento histórico que nos toca como generación, conscientes de que 50 años de decadencia no son gratis y que la peruanización de la Argentina, si no hacemos algo urgente, está prácticamente consolidada.
Vuelvo a la visita. El biocombustible es combustible que se produce a partir de materia orgánica, puede ser aceite de soja o de maíz, aceite de cocina usado, grasa animal u otros derivados. La planta que visitamos emplea alrededor de 40 personas. Más allá de la cuestión ambiental, tenemos que hacer foco en la creación de trabajo. Como no es lo mismo exportar poroto de soja crudo que producir alimento balanceado y con eso carne de cerdo, tampoco es lo mismo exportar poroto que producir aceite y con eso biodiesel. Se agrega tecnología, insumos, laburo.
Los peones de campo, el camionero, el aceitero, el químico del laboratorio, el operario de la planta, el contador, el profesional del comercio exterior. Estar en contra del agro es ser estúpidos. Nosotros tenemos que estar en contra de la agricultura sin agricultores y de la producción sin valor agregado. La industrialización del campo tiene un rol fundamental en la economía, ya que genera empleo formal, pero también en la geopolítica, ya que le permite a la Nación ocupar territorios que han quedado completamente vacíos.
¿Qué discurso, qué propuesta tiene el peronismo para estos actores? ¿Cómo no vamos a perder por goleada en provincias agropecuarias como Santa Fe?
Las pymes nacionales de biocombustibles tienen dos luchas feroces. Una, contra las petroleras, que hacen lobby para disminuir el corte de biodiesel por litro de nafta. Hoy el corte en Argentina es del 7%, en Brasil es del 15%, diferencia que impulsa la producción y el empleo enormemente.
Otra lucha, es para mantener la ley promulgada en 2021 que deja el mercado interno para las pymes (hasta 50 mil tn/ año) y prohíbe el ingreso de las cerealeras, que por procesar enormes cantidades de granos para aceite, tienen un volumen mayor (500 mil tn/ año).
Hace poco, con la agrupación, estudiamos la contradicción principal en política. La visita a la fábrica vino espectacular para ejemplificar la contradicción fundamental que tiene un país semicolonial como la Argentina: intereses nacionales vs intereses foráneos. El trabajo local y la producción local, luchando contra los intereses de un puñado de petroleras multinacionales que buscan llevarse mayor tajada, o contra cerealeras, también extranjeras, que buscan inundar el mercado interno con su producción y reventar a las pymes argentinas.

Y aquí está otro elemento central de la política, que permanece ausente en el peronismo: la materialización de un enemigo. Si a ciertos dirigentes les consultáramos quién es el enemigo del movimiento, algunos dirán Milei, otros “los gorilas o los fachos”, otros Gran Bretaña, otros el JP Morgan, y otros no sabrán qué responder.
La ausencia de conducción lleva a la ausencia de unidad de concepción, e incluso a la creencia de que la política se hace solo para ganar elecciones y que no necesita una estrategia de cara a la lucha contra enemigos concretos. Si el peronismo representa los intereses de los trabajadores y de la Patria, tiene enemigos. No puede no tenerlos y no puede no estar claro contra quién luchamos, porque sino estamos revoleando piñas al aire.
La política es una lucha por el poder, y el poder implica imponer la propia voluntad al enemigo. Si petroleras holandesas o cerealeras francesas quieren destruir el trabajo argentino para llevar más ganancias a sus casas matrices, están queriendo imponer su voluntad contra nuestra Nación. Entonces: es una disputa de poder contra un enemigo concreto. Como lo es con el JP Morgan, contra el FMI o contra Gran Bretaña.
Como hace 200 años: el imperialismo internacional (potencias, corporaciones, fondos de inversión o la forma que adquiera) aliado a la élite local. Ese es nuestro enemigo. Luego será trabajo del conductor sintetizarlo, como hizo el justicialismo con Perón o Braden, o Pueblo vs Oligarquía. Pero el enemigo tiene que estar, y tiene que estar claro.
O ¿se imaginan a San Martín dubitando contra quién luchaba? ¿Se imaginan a los granaderos confundidos, sin saber que el ejército realista era su enemigo? NO.
En el peronismo hoy ocurre eso. Los soldados (la militancia en este caso) no saben contra quién pelean. No conocen la contradicción fundamental ni tienen una estrategia clara de acción. ¡Porque no tienen un mariscal! ¡Porque “San Martín” y “O’higgins” están ocupados peleando entre ellos!
Eso no puede frenarnos como militantes. Hay miles de compañeros dispuestos a dejar el tiempo, y la vida si es necesario, por la causa de la revolución nacional. Hay que organizarse, desde abajo, con amplitud, con formación, con creatividad. Hay que acumular músculo político generacional para disputar la conducción del peronismo ameba, que está cómodo entre choferes, CMs y mucha guita. Esto no implica hacer vanguardismo ni mucho menos sectarismo, debemos ser como los primeros cristianos, llevando nuestro mensaje y nuestra forma de organización a todo aquel que quiera escuchar, esté dentro o fuera del sistema político.
Como primera estación, tenemos el lunes 24 de noviembre. Junto a los compañeros de El Aluvión organizamos un gran encuentro militante en Obligado, para celebrar la gesta de la soberanía liderada por el Brigadier Juan Manuel de Rosas. En momentos de tanto saqueo e indignidad nacional, debemos recuperar la autoestima. ¡¿Qué mejor que recordar que fuimos el único país del mundo que venció a Inglaterra y a Francia juntas?! ¡Que lo hicimos para proteger la industria nacional y la soberanía de nuestros ríos interiores! Un encuentro entre compañeros de todo el país en la búsqueda de proyectar el gran sueño de la liberación nacional.
Lo que creo que nos queda hacia adelante: apertura para construir una nueva mayoría (empresarios, iglesia, FFAA, agro, trabajadores precarizados, etc.), formación política, concreción de una estrategia donde se definan objetivos y un enemigo claro, y un profundo cambio en la lógica de construcción, valorando la amistad y el proyecto colectivo por sobre las apetencias individuales.
El tiempo apremia, y el horno no está para bollos. Tenemos el desafío generacional de construir una alternativa política para la grandeza de la Argentina.

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Hermosa lectura compañero, como siempre es un placer leerte y sobre todo compartir tantas cosas. Claro que te difundo como siempre.
Comparto el mensaje vacío de la campaña y la sensación que dejó más con el resultado puesto luego del 26 de octubre. También creo que el camino es la discusión profunda, la formación de cuadros, el armados de planes desde el análisis, los datos y estadísticas y en todo ello la defensa de la soberanía.
El ser humano puede desafiar cualquier contingencia -favorable o adversa- si se halla armado de una verdad sólida para toda la vida. El grado de ética alcanzado por un pueblo imprime rumbo al progreso, crea orden y asegura el uso de la libertad. La ética de una comunidad establece la moral de sus leyes y permite su sabia interpretación. Sin ideales no hay progreso.
Abrazo fuerte