Europa, la rueda de auxilio en la política de Occidente
Por: Ivan F. Krolikowski
El apoyo a Palestina de parte de la ONU condiciona los planes de EEUU con Israel. Ucrania sigue a la deriva y busca apoyos en Francia. Alemania y la Unión Europea perciben el sufrimiento de los condicionamientos norteamericanos.
Resulta llamativo como el Imperio norteamericano, aun teniendo organismos que funcionan como enclaves de su política nacional (como la UNESCO, una dependencia de las Naciones Unidas), se les haya puesto en contra de su moción a favor de Israel, aprobando en su lugar una resolución en apoyo al pueblo palestino en la Franja de Gaza con 96 votos a favor, contando sólo con 8 votos en contra de un total de 137 votos recibidos.
La resolución aprobada pide urgentemente el cese de todos los ataques contra los palestinos, especialmente contra niños, mujeres, jóvenes, educadores y todos aquellos involucrados en el campo de la educación. Además, exige un cese inmediato de los ataques contra las instituciones educativas palestinas y al mismo tiempo enfatiza el derecho innegociable de los palestinos a la educación.
La fractura estadounidense con sus propias instituciones no es el fin de la historia. También existe una fractura interna en el propio seno del gobierno israelí, que nace por una falta de acuerdo en el presupuesto nacional. El problema para el exministro israelí Benny Gantz es que, según el acuerdo de coalición que Netanyahu alcanzó con Smotrich y los jefes de otros partidos religiosos después de las elecciones del año pasado, se reservarán miles de millones de dólares para los partidos ultraortodoxos y de extrema derecha a favor de los colonos.
En ese sentido, Benny Gantz sostiene que no debería haber dinero extra para propósitos más allá del esfuerzo bélico o de apoyo al crecimiento económico, mientras que el Banco de Israel también criticó las enmiendas presupuestarias propuestas, diciendo que los recortes eran insuficientes y que el gobierno necesitaba mostrar una mayor responsabilidad fiscal para hacer frente al impacto económico de la guerra.
Ucrania, a la deriva
Teniendo por un lado el conflicto entre Palestina e Israel, que no por lo inédito de su falsa novedad es menor (ya que la tensa situación de colonialismo de Israel por sobre Palestina no es novedad, sino que los medios y el mundo occidental no han hecho más que otorgarle invisibilidad), en el caso de Ucrania la situación no podría estar peor, ya que el gobierno de Francia planea dejar de enviar gratuitamente armas a Ucrania, por lo cual Kiev tendrá que comprar armamento directamente a los fabricantes franceses a través de un fondo de apoyo.
“Ahora estamos negociando con nuestros colegas ucranianos para que Ucrania compre nuevos obuses con dinero de un fondo especial. Para que el Ejército francés ya no tenga que transferir armas de sus arsenales», declaró el ministro de Defensa francés, Sébastien Lecornu, en una entrevista.
Según un informe del Parlamento francés, la asistencia militar del país galo a Ucrania alcanzó hasta el momento los 3.200 millones de euros (3.400 millones de dólares), lo que lo ubica entre los principales patrocinadores europeos del Ejército ucraniano, junto con el Reino Unido y Alemania.
Por otro lado, en una entrevista de Fox News, el periodista Benjamin Hall señaló que Zelenski considera que el apoyo prestado por Washington a Kiev no es suficiente.
«[Zelenski] habló de Estados Unidos, de la falta de financiación del Congreso, de la falta de apoyo potencial de los estadounidenses. Habló de cómo Israel había apartado realmente los ojos del mundo de Ucrania, y piensa que éste es un momento crítico», enfatizó el entrevistador.
Claro está que el sostenimiento de la guerra en los dos frentes, tanto ucraniano como israelí, no es posible para el gigante del norte, y solo reproduce la miseria de los pueblos que la padecen, como también, siendo estos países enclaves estadounidenses en sus respectivos territorios, se encuentran condenados a la destrucción que reproduce el financiamiento del Imperio norteamericano.
Entre tanto Alemania, empujada a impulsar la guerra de la OTAN contra Rusia y a someterse a las sanciones económicas que dan como resultado la adquisición de gas muy por encima del precio al que estaba acostumbrada, la Unión Europea (y Alemania como su motor económico) vive más crudamente que nunca las consecuencias de ser un bloque subordinado a las necesidades de Estados Unidos. Es así que la crisis presupuestaria de Alemania tuvo un nuevo impulso a la reforma de los límites de endeudamiento autoimpuestos, incluso entre los conservadores de la oposición, en el contexto de una fuerte necesidad de inversiones.
De acuerdo con los parlamentarios alemanes, uno de los puntos débiles en los que detectan subinversión y para lo que precisarían elevar los límites de la deuda es la transición energética.
Algunos economistas asesores de los parlamentarios, explican: “Empresarios y políticos temen que Berlín no pueda financiar respuestas a desafíos crecientes, desde el cambio climático hasta la guerra de Ucrania. La mayor economía de Europa ya sufrió cruentos años de subinversión crónica, lo que contribuyó a su estancamiento actual”.
Y a esto agregaron que: “La subinversión alemana ya ronda los 300.000 millones de euros en la última década en comparación con otras economías con calificación AAA”.
Destrucción de los pueblos en guerra y destrucción de las mismas economías occidentales que prestan su apoyo bélico y financiero. Ese fue el camino que siguió la guerra en Ucrania. Por otra parte, la gran cuestión que surge ahora es que mientras Estados Unidos intensifique su apoyo a Israel, dejando de lado el tan prolongado apoyo con Ucrania, la nación ucraniana quedará librada a su suerte como bien lo dejó en claro Zelenski, y como bien se viene planteando desde el mundo occidental por la falta de viabilidad económica que supone para ellos.
¿Estados Unidos está dispuesto a destruir su propia economía para «defenderse» de las «amenazas externas», que coaccionan su hegemonía como bien lo plantea Eisenhower? ¿Hasta dónde llegará la prudencia bélica del imperio norteamericano?
Los hechos demuestran que se han estado jugando al vilo. Y que por lo pronto la estabilidad estadounidense, necesita en todo caso de medidas más sensatas para lograr sus objetivos.