No hay matrero que no caiga

No hay matrero que no caiga

Por:  Ivan Krolikowski

La situación en Ucrania tensa cada vez más los lazos interregionales de Estados Unidos. La mentira del derecho humanitario internacional norteamericano. Putin, presidente y futurólogo.


[…] necesitan un enemigo externo, y si Rusia se uniera a la OTAN, entonces no habría ningún enemigo externo ni razón para que la OTAN existiera.

Vladímir Vladímirovich Putin
Presidente de la Federación de Rusia

Indudablemente estamos frente a un escenario bélico que se viene tornando, desde hace tiempo, desalentador para el frente ucraniano.

Bien lo expresó el portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Vedant Patel, quien afirmó que, por obvias razones, “la situación es increíblemente grave. Y a eso sumó que, sabiendo que es un momento difícil, desde los Estados Unidos están seguros de que “la ayuda militar va a marcar una diferencia real en el campo de batalla».

Según informaba The Wall Street Journal, el propio gobierno de Zelenski le pidió a Washington terminar con las restricciones que les impiden a la tropas ucranianas usar armas estadounidenses contra objetivos militares dentro de Rusia, estando en combate.

El secretario de Estado norteamericano, en cierto punto, se desentiende de tal situación, al afirmar que «[…] en última instancia Ucrania necesita tomar decisiones por sí misma sobre cómo lleva a cabo esta guerra».

Por otro lado, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, afirmó que «las armas estadounidenses ya se utilizaron en diversos objetos fuera de la zona de conflicto. Por lo tanto, el hecho de que los estadounidenses intenten hacer algunas declaraciones tranquilizadoras para su opinión pública o para los miembros de la OTAN o para demostrar que la decisión aún no se ha tomado es, en mi opinión, un truco».

Serguéi Lavrov, canciller ruso | Créditos: AFP

Es decir, si bien podemos poner en duda la narrativa occidental con las declaraciones del gobierno ruso, lo que no está en duda son las predicciones del presidente Putin, si es que se pueden llamar como tal, acerca del plan oculto de la OTAN. 

Putin tiene razón

Dos hechos recientes, la incorporación de Finlandia y Suecia a la OTAN, reafirmaron lo que se resume en una palabra: expansión. Con ello, los hechos siguen los acertados dichos del presidente Putin, cuando en una entrevista concedida a Oliver Stone entre el 3 y 4 de julio de 2015, sostenía lo siguiente:

“Ahora la OTAN es un mero instrumento de la política exterior de Estados Unidos.  No tiene aliados internos; sólo tiene vasallos (…) Una vez que un país se convierte en miembro de la OTAN, es difícil resistir la presión de una presencia tan grande como la de Estados Unidos, y cualquier sistema de armas puede estar estacionado en ese país de repente.»

Compararemos estas afirmaciones con los siguientes hechos: Actualmente se debate un acuerdo de cooperación militar de Suecia con Estados Unidos, el llamado Acuerdo DCA, que podría dar posibilidad de acceso a 17 bases suecas al país norteamericano para almacenar armas que, atención, no prohíbe que dichas armas sean nucleares.

En ese marco, el primer ministro sueco, Ulf Kristersson, defendió la resolución diciendo que al estar «en una situación de guerra, es una cuestión completamente diferente. Si ocurriera lo peor, los países democráticos de nuestra parte del mundo deben, por supuesto, ser capaces en última instancia de defenderse de los países que podrían amenazarlos con armas nucleares».

El primer ministro de Suecia, Ulf Kristersson | Créditos: Ninni Andersson/Regeringskansliet

Por otro lado, el teniente general finlandés Mikko Heiskanen, afirmó: «Tenemos que estar preparados para una crisis a largo plazo […] Activamos algunos de ellos, comprobamos todos los acuerdos, pusimos a prueba la adquisición no solo de munición sino de otros materiales. Estamos poniendo a prueba los planes y la preparación de nuestros socios estratégicos».

Resalta a la luz de nuestros ojos que, las últimas incorporaciones de la OTAN, tienen ahora un plan de reactivación militar, que siendo que no son para nada inocentes, comprometen visiblemente el apoyo norteamericano.

Pero esto no es todo. Recientemente, con la orden de detención emitida por el fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, contra el primer ministro de Israel Benjamín Netanyahu, entre otros funcionarios incluidos a miembros de Hamás, se abre un punto de tensión.

En una entrevista con la CNN, el fiscal afirmó como algunos líderes occidentales han intentado influir en su decisión, los cuales según el fiscal le dijeron que «esta corte (CPI) está hecha para África y para matones como Putin».

Y es que tal como lo relata de primera mano el fiscal Karim Khan, muchos organismos del derecho internacional están claramente influenciados por políticas occidentales.

UK y Ucrania, nuevos aliados

Sin ir más lejos, el secretario de Defensa del Reino Unido, Grant Shapps, al afirmar que Reino Unido dio permiso a Ucrania para usar armas del país inglés en territorio ucraniano incluida Crimea, agregó con total descaro que “Londres siempre permitirá el uso de sus armas respetando plenamente el derecho internacional humanitario».

Palabras más, palabras menos, dejó en claro que el derecho internacional humanitario está al servicio de la guerra. No se posiciona como imparcial, sino como garante del lado occidental.

¿Pero que manifestó EEUU con respecto a las órdenes de detención emitidas por el fiscal de la CPI? 

Nada nuevo ni contrario a lo que venimos sosteniendo. A Joe Biden, presidente de la Nación norteamericana, le pareció «indignante» la orden del fiscal, declarando «independientemente de lo que pueda insinuar este fiscal, no hay equivalencia —ninguna— entre Israel y Hamás. Siempre estaremos con Israel frente a las amenazas contra su seguridad».

Aunque la diferencia radica en que, como acá no juegan ni Rusia ni la OTAN, algunos países europeos se desligan de la dirección política norteamericana, dado que no quieren quedar presos de la dirección que EEUU les propugna en dicha organización, en la cual son miembros gran cantidad de países europeos.

Claro ejemplo es el alto representante de la UE, Josep Borrell, quien sostuvo que, desgraciadamente, “cada vez que alguien toma una decisión para apoyar la construcción de un Estado palestino, algo que todos en Europa apoyan […] la reacción de Israel es convertirlo en un ataque antisemita».

Queda claro cuál es el plan norteamericano: sostener a su aliado en Oriente Próximo debilitando a Rusia con el apoyo europeo, para que su hegemonía económica no se vea obstaculizada. Y que no sea vea obstaculizada porque además eso tiene que garantizar la guerra y el derecho internacional.

  

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