Lágrimas de zurdo

Lágrimas de zurdo

Por: Facundo Cabral

El gobierno había tocado un cable pelado, se enfrentó a una intensidad que no esperaba ni entendía. Escaso de reflejos, el presidente se defendió atacando, sobrando la marcha posteó a un león bebiendo de una taza que decía «lágrimas de zurdo».


Embajadores de la Luz

Repaso mi diario, insumo imprescindible para escribir a mes vencido, miro por el retrovisor y los primeros días de abril se pierden allá, quedan lejísimos.

La realidad política nos acostumbró al vértigo, danos hoy tu opinión sobre el conflicto nuestro de cada día.

Me sirve el registro para venir aquí y compartir mi lado apto para todo público, decir algo de esto que me/nos pasa, un trabajo práctico, un ejercicio social o al revés.

En uno de esos capítulos de color que nos ofreció el mes de abril, leo que el presidente está siendo condecorado embajador internacional de la luz, suena bien. Al norte de Miami, Milei y su hermana son distinguidos en un acto realizado por la Sinagoga The Shul de Chabad Lubavitch.

En la ceremonia el presidente visiblemente emocionado, busca a Karina con la mirada y dice que ella es “el jefe”, que él, es apenas Aaron.

Abro una pestaña y googleo Aaron, la primera referencia es que en hebreo Aaron significa “maestro” y está ligado al antiguo egipcio Aha Rw, “león guerrero”.

Además, Aaron es el hermano mayor de Moisés, su vida aparece narrada en el éxodo, la historia es conocida: Un pueblo esclavizado logra liberarse ayudado por las fuerzas del cielo, atraviesan el mar rojo y peregrinan por el desierto hasta llegar a la tierra prometida.

– La entrada al paraíso tiene una condición, el pueblo debe creer.No pero bueno, esto es claramente un delirio, no podes subirte al tren de la locura de un delirante que piensa que su hermana es Moisés.

– Perdón, la verdad no sé. He experimentado yo mismo la experiencia mística de pedirle algo a Dios y que se cumpla, he hablado con mis abuelos muertos en más de un sueño y en mi familia el tarot se tira con la naturalidad de jugar a las cartas después de un almuerzo largo.

El recuerdo de elegir creer y que funcione todavía está fresco en este pueblo campeón del mundo, la fe en D10S y su Messias sigue intacta.

Cuando no hay mucho de qué agarrarte creer es la única posibilidad de tener algo porque vivir.

Prefiero no atacar al embajador de la luz por el lado de la conexión telepática, aunque la historia de nuestro país e incluso de nuestro movimiento tenga malos antecedentes con las experiencias esotéricas.

Cuenta Abal Medina en su libro Conocer a Perón, que su relación con López Rega nunca fue buena y con el paso del tiempo se agrietaba cada vez más, después del asesinato de Rucci el ministro Gelbard lo llama para concertar un encuentro al que también asistiría López Rega, Abal Medina en un principio se niega, pero como era un pedido del General Perón termina por aceptar. Lo que sigue lo dejo textual porque se cuenta mejor en primera persona:

“Llegó López Rega. Avanzó como para abrazarme, pero yo le di la mano y lo frené. La conversación comenzó dificultosamente, pero él intentó un relato según el cual, desde que nos habíamos abrazado circunstancialmente el día de la muerte de Rucci, me estaba «protegiendo» de problemas de salud muy delicados que había notado que yo tenía y que, él creía, podría «seguir controlando». Siguió diciendo tonterías del mismo tipo y, finalmente, dijo que el General, en realidad, ya estaba muerto, que vivía una parte de su propia vida que se le iba consumiendo, pero que no sabía cuánto podría aguantar. El que no aguantó más fui yo y le dije: «Déjese de decir imbecilidades». Gelbard se quedó helado, y López tartamudeó algo y lloriqueó: «Nosotros te queremos mucho, Juan Manuel, tenemos que estar juntos». Lo miré fijo, no me aguantó la mirada, y me puse a hablar con Gelbard haciéndole una pregunta detrás de otra para no dejarle espacio a ese mamarracho de meter una frase. López emitía como gemiditos y miraba su plato, que no tocó. Yo comí tranquilo y ni lo miré. Al rato, dijo que tenía una reunión y debía irse, pero que en eso quedamos, en que «teníamos que estar juntos». Quiso abrazarme, y volví a frenarlo extendiendo la mano. Por fin se fue”

Milei llegó al poder diciendo “somos esclavos de la casta y de su modelo empobrecedor, la inflación es nuestro yugo, nunca seremos libres mientras el Estado siga consumiendo nuestra energía vital

Ya como presidente, el enviado de las fuerzas del cielo se paró de espaldas al Congreso y dirigiéndose a su pueblo manifestó: “serán días difíciles, estaremos aún peor que ahora, pero una vez que atravesemos el desierto, lograremos vivir en una Argentina libre y grande

El pueblo recibió sus palabras con gratitud al grito de “¡motosierra, motosierra!”

Nos encontramos en este punto, atravesamos el desierto con nuestras cantimploras cada día más livianas, la sed comienza a exigir algunas certezas, el presidente en cadena nacional trae el mensaje: “sigamos caminando, ya logramos el superávit fiscal, el paraíso se acerca”

La gran mayoría todavía cree, los pueblos necesitan creer, ejercer el derecho sagrado a depositar su fe en alguien o en algo.

Pero en el desierto estamos todos, la diferencia entre un peregrino y un caminante es que el primero va hacia un lugar sagrado, los que no creemos no sabemos bien adónde vamos, nuestro llano es un desierto de ideas como se dice lindo en esta nota de Martín.

Oasis o espejismo

Le adelantaba a mi tía que está iba a ser la primera vez que puedo decir algo masomenos alegre desde que comencé a escribir estas entregas mensuales.

Una esperanza humilde que fue creciendo al ver cómo se multiplicaba a lo largo y ancho del país una especie de por fin nosotros. La marcha en defensa de la educación pública, la trinchera sagrada de las clases medias, las realmente existentes, las que fueron y las que quieren ser, la función Mary Poppins del paragua del estado para no estrellarnos contra el piso, una reunión en la que por fin todo el consorcio está de acuerdo, un refugio de consenso entre los distintos tonos de la progresía.

En Tucumán la concentración fue en el Rectorado, un abrazo simbólico al edificio para después de unas palabras marchar hasta la Plaza Independencia.

Lo primero que saltaba a la vista es que había mucha gente que no era del palo de las movilizaciones, el comentario entre los que acostumbran a manifestarse en las calles es que había más gente que en la marcha del 24 de marzo, el gobierno había tocado un cable pelado, se enfrentó a una intensidad que no esperaba ni entendía. Escaso de reflejos, el presidente se defendió atacando, sobrando la marcha posteó a un león bebiendo de una tasa que decía lágrimas de zurdo. Su primera respuesta sorprendió incluso a sus aduladores, después afinó el lápiz y reconoció la nobleza de la causa, acusó el impacto. 

Nostalgias de futuro

El 27 de abril se cumplieron 21 años de la elección que ganó Carlos Menem (24%) y dejó a Néstor Kirchner (22%) en condiciones de competir en el balotaje. Finalmente, Menem decidió bajarse de la contienda y comenzaron los 12 años en donde un peronismo fresco comenzó a consolidar lo que se llamó -con mayor intensidad después de la muerte de Néstor- kirchnerismo.

En el marco de esa efeméride volvió CFK con un discurso medido. 

Dos cosas me parecieron saludables.

Una: No había banderas de La Cámpora ni de ninguna otra organización. Creo que es un acierto no porque yo sea un anti-orga sino porque hace mucho tiempo que son organizaciones que representan cada vez menos, excluyentes, sectarias y de un porteño centrismo expulsivo y pedante.

Dos: Creo que fue la primera vez que CFK se hizo cargo de la elección de Alberto y de la incapacidad de su gobierno (de él y de ella) para cumplir con las expectativas generadas.

Además, apuntó contra el corazón del discurso de Milei diciendo que estaba imponiedole al pueblo “un sacrificio inútil” para lograr un superávit fiscal ficticio que solo se explica en los pagos y compromisos no relizados.

También recordó que en esa Argentina del 2000 ya estaba todo privatizado y sin embargo al final del día teníamos el mismo problema que ahora, la falta de dólares.

Finalmente pidió “mirar hacia adelante” y lanzó un “quiero que le vaya bien señor presidente, si agranda el sombrero estaremos ahí para ayudarlo, porque si le va bien a usted, les va bien a todos los argentinos”.

Cuando me cruzo con algún compañero que me dice que este gobierno se cae en cualquier momento repito siempre lo mismo: “no creo, espero que no” 

Ojalá el experimento libertario termine bien e incluso llegue competitivo a las próximas elecciones, es un deseo genuino que por el rumbo con el que viene lo veo complicado que se cumpla.

Tengo muchos amigos que se hicieron peronistas durante el gobierno de Macri, hasta ese momento o eran más del palo de la izquierda o no les interesaba ningún tipo de política, ni el demócrata, ni el fascista, no sabían porque les había tocado ser así, ni siquiera anarquistas.

Esos rebeldes comprendieron a los ponchazos que algunas veces no nos damos cuenta, pero la falta de Estado nos desordena la vida. Es como con la salud, ahora que tengo una rodilla rota y no puedo jugar a la pelota valoro muchísimo mi rodilla sana y me arrepiento de no haberla cuidado más. 

Lo que intento decir es que probablemente este rumbo político arroje muchísimos desilusionados y descreídos con ganas de tomar revancha, de sumarse a algo o mejor aún de inventar algo nuevo.

Calculo que en este momento se está gestando una potencia arrolladora que bajo ninguna circunstancia hay que limitar con nuestra imaginación vencida, algunas veces el azar elige a los mejores. 

No propongo que nos quedemos en casa y seamos simples espectadores de cómo se desenvuelve la historia, para nada, confío en que esta incomodidad política que siento -y supongo sentimos- pueda transformarse en algún tipo de acción personal o colectiva que nos ayude a pensar y no hundirnos en las arenas movedizas de la impotencia.

El peronismo quedó chico para el nosotros que se necesita construir, la doctrina y la historia sirven como espejos retrovisores, son útiles mientras que nos permitan avanzar.

La falta de duelo que por lo que dejó de existir se volvió una sombra pesada que nos impide conectar con nuestro deseo. Hoy seguimos atrapados en un laberinto melancólico (aquí se habla mucho y bien de esto), el peronismo ha dejado de moverse, se congeló adoptando las formas de los recipientes que lo contienen pero dejó de ser el contenedor de los que no tienen nada.

Salir del laberinto por arriba o por abajo como propone el Chenna aquí, pero salir mirando hacia adelante y sin olvidarnos de nadie.

PD: Me faltó hablar de la ley bases pero ya está en el Senado así lo agarraremos con Mayo.

Otra posdata: Las fotos pertenencen a la pelicúla El hombre sin pasado de Aki Kaurismäki.

  

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