
RESEÑA
‘Haz lo que yo digo,
pero no lo que yo hago’
¿Cómo se hicieron ricas las actuales potencias mundiales?
18 de Septiembre de 2025
Por: Florencia Loberche
A mediados del año 2002 salió a la luz Retirar la escalera: la estrategia del desarrollo en perspectiva histórica de Ha-Joon Chang. Para muchos dirigentes del peronismo y del campo intelectual en general, su libro es considerado una lectura obligatoria. ¿Qué hace tan interesante a esta obra que ya se publicó hace más de 22 años?
El principal interés, por Retirar la escalera: la estrategia del desarrollo en perspectiva histórica de Ha-Joon Chang, se puede encontrar en una especie de originalidad bien documentada, ya que ésta publicación vino a introducir nuevas interpretaciones al debate sobre el desarrollo, proporcionando datos para comprender cómo, de verdad, se hicieron ricos los países ricos. Pero una de las causas que lo convierten en un libro virtuoso es que en un esfuerzo por “corregir la historia” aporta ideas para pensar qué instituciones serían las más beneficiosas para los países, teniendo en cuenta sus estadíos de desarrollo y sus situaciones concretas en términos económicos, políticos y sociales.
Otro de los motivos, que hacen de este libro un aporte tan emblemático, tiene que ver con que su publicación se dio a la par de los albores del ciclo progresista/populista, una oleada de gobiernos posneoliberales (también llamados de nueva izquierda) que tuvieron lugar en varios países de América Latina como Venezuela, Bolivia, Argentina, Ecuador y Brasil.
No existe un indicio que permita afirmar que el libro de Chang sirvió como influencia para estos gobiernos posneoliberales, pero es cierto que estos últimos cuestionaron la presión que se ejercía sobre sus territorios para adoptar lo que las potencias mundiales denominaban “buenas políticas”, y esta objeción es una de las ideas centrales del libro de Chang.
Las “buenas políticas”, prescritas por el llamado Consenso de Washington, iban desde la apertura comercial, eliminando trabas al comercio, la liberalización financiera con el objetivo de lograr una mayor movilidad al capital, la desregulación de mercados, el disciplinamiento de la clase trabajadora, el congelamiento de precios y salarios, y el fomento de las exportaciones. En resumen: políticas macroeconómicas restrictivas, liberalización del comercio internacional y de la inversión, y privatizaciones.
Con el objetivo de desmitificar algunos hechos históricos, Chang describe algunas de las políticas industriales, comerciales y tecnológicas (ICT) que llevaron a cabo las actuales potencias mundiales durante su proceso de desarrollo. A grosso modo, exceptuando las particularidades de cada experiencia nacional, Chang observa que hay dos aspectos que -en mayor o en menor medida- aplican a todo el abanico de países estudiados.
1. El primero de ellos tiene que ver con que las políticas e instituciones que llevaron a cabo los países actualmente desarrollados (PAD), en los estadios tempranos de su desarrollo, son diferentes a los que se supone que han llevado a cabo.
Al contrario de lo que se suele creer, los PAD no alcanzaron el desarrollo con políticas de libre comercio, sino que en realidad protegieron sus industrias a partir de diferentes políticas intervencionistas. Lo paradójico de este planteo es que la promoción de la industria y la protección arancelaria, es decir políticas concretas de intervención que utilizaron para llegar a donde están ahora, son las mismas que, según ellos, los países en desarrollo no deberían usar.
Los PAD no alcanzaron el desarrollo con políticas de libre comercio, sino que en realidad protegieron sus industrias a partir de diferentes políticas intervencionistas.
Estas políticas son consideradas dañinas cuando son aplicadas por los países en vías de desarrollo, y según Chang esto nos invita a pensar 2 interrogantes que son centrales: ¿están los países desarrollados recomendando unas políticas que consideran beneficiosas para sí mismos más que beneficiosas para los países en desarrollo?, o mejor dicho, ¿están los países desarrollados “retirando la escalera” por la que treparon hasta lo alto para que los países en desarrollo no puedan conseguirlo?
La experiencia británica y estadounidense son un claro ejemplo de esta estrategia de “Retirar la escalera”: en ambos países primero se usó el proteccionismo como pilar del desarrollo industrial y luego -una vez consolidada y fortalecida su industria- se liberalizó la economía.
Inglaterra, a pesar de que muchos crean que se desarrolló sin intervención estatal, llevó a cabo un proceso de promoción industrial significativo que fue complementado con una fuerte protección arancelaria: en 1699 con la Ley de Lana prohibieron las exportaciones de productos de lana de sus colonias, produciendo el quiebre de la industria irlandesa (en ese entonces de nivel superior), y en 1700 prohibieron las importaciones de productos indios de algodón (que en aquel entonces era el sector de manufacturas de algodón más eficiente del mundo) (Chang, 2004: 61).
Estados Unidos, por su parte, implementó un mecanismo de protección arancelaria que le permitió promover el desarrollo económico del país, dinamizar el crecimiento de sus manufacturas industriales y proteger de la competencia internacional a sus empresas, logrando ser una de las economías que mayor rendimiento tuvo en el crecimiento per cápita del PIB durante el siglo XIX y parte del siglo XX, pese a ser la más proteccionista.
Si uno quisiera establecer un contraste con el caso argentino lo que se observa es prácticamente el camino opuesto. A diferencia del sistema americano, en Argentina, la planificación, el diseño y el fomento de la política industrial se llevó a cabo con más profundidad recién a mediados del siglo XX, ya cuando Estados Unidos contaba con una supremacía industrial sin competencia y practicaba la liberalización del comercio.
En nuestro país desarrollamos una estrategia de acumulación inversa basada en el modelo agroexportador (1880-1930) que nos permitió la incorporación a la economía mundial como región productora de bienes primarios. La adopción del régimen de acumulación agroexportador está directamente determinada por la coyuntura de los mercados internacionales de materias primas, signada en ese entonces por el notable acrecentamiento de su demanda en los países que se consolidaban como centros industriales, fundamentalmente en Europa (Torrado, 2010: 23). Si bien durante este periodo se produjo una importante urbanización que fue acompañada por una incipiente industrialización, ligada a la preparación de productos primarios para la exportación, no existía una política industrial orientada a transformar la estructura productiva -tal como fue en el caso estadounidense-.
Habiendo observado estas experiencias resta preguntarse, ¿con qué tipo de políticas crecieron más los países latinoamericanos? Los datos muestran que cuando se implementaron políticas de intervención y protección (consideradas como “malas políticas” por los países actualmente desarrollados), fue el periodo donde más crecieron los países en vías de desarrollo en relación al PIB per cápita (en contraposición a cuando implementaron lo que las potencias mundiales denominan “buenas políticas”).
Los datos que muestra el autor dan cuenta de este punto: el PIB per cápita creció un 2,8% anual en los países latinoamericanos durante el periodo 1960-1980, mientras que entre 1980-1988 (donde se implementaron las “buenas políticas” de orden neoliberal) el PIB quedó estancado con un crecimiento del 0,3% anual. Otro ejemplo, aún más notable, es el caso de África subsahariana: el PIB per cápita cayó en un 15% (-0,8% anual) entre 1980-1988, cuando había subido un 36% en el periodo 1960-1980 (con un índice de crecimiento de 1,6% anual) (Chang, 2004: 215).
2. El segundo aspecto que propone Chang para explicar cómo se hicieron, de verdad, ricos los países ricos, tiene que ver con las instituciones.
Si las potencias mundiales lograron un desempeño económico superior es gracias a la fortaleza de sus instituciones (presupuestarias, financieras, empresariales y de inversión) que les proporcionaron mayor estabilidad macroeconómica y financiera, pero también, una asignación de recursos más adecuada y mayor paz social.
Cuando hace referencia al aspecto de las instituciones, el autor apunta directamente al establishment de la política internacional de desarrollo (EPID). Lo que Chang crítica es que el EPID hacía hincapié en ‘mejorar las instituciones’ pero el problema es que tomaban de referencia a las de Estados Unidos, como si estas instituciones fueran las que todo país debería adoptar y tomar como ejemplo para alcanzar el desarrollo.
Afirmar esto, sin más, puede llevarnos a pensar que si los países en vías de desarrollo mejoran sus instituciones -o peor aún, imitan a las de Estados Unidos- tienen la posibilidad de alcanzar con éxito el tan anhelado crecimiento. Sin embargo, Chang plantea 2 matices: el primero tiene que ver con que las buenas instituciones producen crecimiento sólo cuando se las combina con buenas políticas y el segundo es que a las actuales potencias les llevó décadas, y siglos, desarrollar sus instituciones y que hubo contrariedades y retrocesos en el transcurso del proceso, y por ello no se trata de una evolución que puede darse de la noche a la mañana como si se tratara del efecto de una poción mágica.
Las buenas instituciones producen crecimiento sólo cuando se las combina con buenas políticas.

Retirar la escalera: la estrategia del desarrollo en perspectiva histórica de Ha-Joon Chang es un libro bien documentado que viene a desmitificar y revisar críticamente cómo alcanzaron el desarrollo las actuales potencias mundiales. Del libro se pueden desprender, al menos, tres reflexiones:
- Resulta evidente que el despliegue y la expansión del sistema mundial capitalista no arrojó los mismos resultados para todos los países. Que algunos hayan logrado “alcanzar” el desarrollo y otros -aún- sigan en la contienda por “superar” el subdesarrollo, no significa que los primeros son más innovadores en materia de planificación que los segundos. Lo que denota es que existen condicionantes dentro del contexto de la economía mundial que restringen o habilitan las trayectorias de desarrollo de los mismos. La estructura y matriz productiva, el manejo de recursos naturales, las modalidades de intervención del Estado en la economía (y el rol de la burocracia estatal), la extensión del comercio internacional, la innovación y competencia, y los factores geopolíticos son algunos de ellos.
- La dinámica de estos condicionantes varía según cada trayectoria y es por ello que no existe el estadío de un desarrollo uniforme entre países, principalmente, porque las etapas que conducen a estos a la prosperidad no son sucesivas.
- Pensar la cuestión del desarrollo en los países en vías de desarrollo requiere romper con los enfoques que predominan en los países del centro. Esto implica rechazar el esquema evolutivo que supone que todas las sociedades y países atraviesan las mismas etapas en el proceso (de lo tradicional a lo moderno, de lo atrasado a lo avanzado, de lo subdesarrollado a lo desarrollado). Impugnar esta vertiente permite reconocer que las desigualdades entre el centro y la periferia en materia de desarrollo se reproducen dentro del contexto de la economía mundial a través del comercio internacional.
Existen condicionantes dentro del contexto de la economía mundial que restringen o habilitan las trayectorias de desarrollo de los países.

*Nota al pie sobre el autor del libro: Ha-Joon Chang nació en Corea del Sur en 1963. Es un economista heterodoxo especializado en economía del desarrollo, profesor de la Facultad de Economía y Política y subdirector de Estudios de Desarrollo de la Universidad de Cambridge. En marzo de este año visitó Argentina y se reunió junto a Cristina Kirchner y en el año 2023 participó junto a Axel Kicillof de la jornada Derecho a la Producción en la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ).
Libros de referencia
Torrado, S. (2010). El costo social del ajuste (Argentina 1976-2002). Editorial Edhasa.
Chang, H.J. (2004). Retirar la escalera: la estrategia del desarrollo en perspectiva histórica. Editorial Catarata.
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