Lento pero firme: crece la conciencia soberana en América Latina

De izquierda a derecha, los presidentes de Argentina, Paraguay, Brasil, Uruguay y Bolivia, presentes en la cumbre del Mercosur de la semana pasada
De izquierda a derecha, los presidentes de Argentina, Paraguay, Brasil, Uruguay y Bolivia, presentes en la cumbre del Mercosur de la semana pasada | Lento pero firme

Lento pero firme: crece la conciencia soberana en América Latina

Por:  Ivan F. Krolikowski

Qué significan los ingresos de Bolivia al Mercosur y de Brasil a la OPEP+ para la región. El Esequibo venezolano, una disputa histórica con el colonialismo sajón. El rol de ExxonMobil como “puñal” de negocios de EEUU en Venezuela.

[…] no lograremos ni nuestra unidad ni nuestro desarrollo con recetas impuestas y renunciando a nuestra autonomía a las decisiones.

Néstor Kirchner
Expresidente de la Nación Argentina

Las recientes alegrías en nuestra Patria Grande Latinoamericana merecen reconocimiento. Partiendo del Mercosur (Mercado Común del Sur), podemos resaltar tres cuestiones concretas: las incorporaciones de Bolivia al Mercosur y la de Brasil a la OPEP+, como así también los avances en la soberanía política venezolana a partir del referendo por el Esequibo.

Bolivia tuvo que pelear desde el 2015 por poder sellar su ingreso al bloque económico regional. Fundamentalmente por la falta de aprobación parlamentaria por parte del Congreso de Brasil dominado por los sectores conservadores, además de la falta de interés y voluntad política del gobierno de Jair Bolsonaro.

¿Por qué es importante repasar esto? Porque no es casual que el desinterés provenga de los mismos sectores que ahora mismo apoyan enérgicamente al gobierno de Milei. No dejar entrar a Bolivia significa no querer nuestra unión regional. Y es que la búsqueda del desmembramiento regional siempre fue bien patrocinada por los gobiernos norteamericanos, o mismo por sus representantes políticos en la región. 

Un claro ejemplo lo podemos encontrar en la historia cuando el ex secretario de Estado estadounidense Henry Kissinger, hace poco fallecido, avalaba el golpe de Estado contra Salvador Allende, presidente elegido democráticamente por el Pueblo chileno.

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[…] no lograremos ni nuestra unidad ni nuestro desarrollo con recetas impuestas y renunciando a nuestra autonomía a las decisiones.

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Las recientes alegrías en nuestra Patria Grande Latinoamericana merecen reconocimiento. Partiendo del Mercosur (Mercado Común del Sur), podemos resaltar tres cuestiones concretas: las incorporaciones de Bolivia al Mercosur y la de Brasil a la OPEP+, como así también los avances en la soberanía política venezolana a partir del referendo por el Esequibo.

Bolivia tuvo que pelear desde el 2015 por poder sellar su ingreso al bloque económico regional. Fundamentalmente por la falta de aprobación parlamentaria por parte del Congreso de Brasil dominado por los sectores conservadores, además de la falta de interés y voluntad política del gobierno de Jair Bolsonaro.

¿Por qué es importante repasar esto? Porque no es casual que el desinterés provenga de los mismos sectores que ahora mismo apoyan enérgicamente al gobierno de Milei. No dejar entrar a Bolivia significa no querer nuestra unión regional. Y es que la búsqueda del desmembramiento regional siempre fue bien patrocinada por los gobiernos norteamericanos, o mismo por sus representantes políticos en la región. 

Un claro ejemplo lo podemos encontrar en la historia cuando el ex secretario de Estado estadounidense Henry Kissinger, hace poco fallecido, avalaba el golpe de Estado contra Salvador Allende, presidente elegido democráticamente por el Pueblo chileno.

Cabe mencionar además que Bolivia es el único país de América del Sur que participa de los tres grandes ecosistemas geográficos: Amazonia, Plata y Andina. Esto le facilita el contacto e integración regional. Y es el punto clave más destacable que tiene este país, además de ser uno de los aportes más significativos que el país tiene para hacerle al bloque. 

Brasil y la OPEP+, otra bocanada de aire a las economías emergentes

Por su parte, Brasil también nos trae buenas noticias: la Organización de Países Exportadores de Petróleo Plus (OPEP+), informó que Brasil formará parte del grupo a partir del 1 de enero de 2024

Según revelaba la agencia de noticias Sputnik, la incorporación de Brasil a la OPEP+ en un momento donde el conflicto de Ucrania afectó a los mercados energéticos en Europa, dará mayor margen de negociación y decisión a los BRICS (la asociación económica de países emergentes) sobre la energía que mueve el mundo, que es el petróleo. 

En este sentido, no podemos olvidar que los BRICS están conformados por dos de las principales economías mundiales: Rusia y China.

Venezuela y el Esequibo, otro paso de la soberanía popular

El posicionamiento de los países no alineados con las políticas norteamericanas resurge en el escenario mundial. Y la consolidación de soberanía que realiza el pueblo venezolano tras la masiva respuesta a favor del reclamo histórico por la soberanía del territorio del Esequibo, la cual se verificó mediante la consulta popular, es muestra de eso.

La histórica reclamación venezolana por el territorio del Esequibo proviene desde la declaración de independencia de la Corona española. Momento en el cual este territorio formaba parte de la naciente nación bolivariana. 

Efectivamente, bajo el principio del derecho internacional “Uti possidetis iuris, esta región sería venezolano. Ya que el mismo establece que los estados recién formados “deben conservar las fronteras internas que tenía su área dependiente antes de su independencia”.

Pero es gracias al “Laudo Arbitral de 1899” que el territorio del Esequibo quedaría bajo dominación británica. Esta misma sentencia fue traída a colación por el gobierno de los Estados Unidos, para justificar la actual extracción de petróleo con la empresa ExxonMobil. Y es que la relevancia del asunto como para sostener semejante lesión a la integridad territorial venezolana, solo podía ser producto de grandes intereses económicos como lo refleja el petróleo.

El vocero del Departamento de Estado norteamericano, Matthew Miller sostuvo: «Apoyamos una resolución pacífica del conflicto fronterizo entre Venezuela y Guyana; el laudo de 1899 determinó el límite terrestre entre Venezuela y Guyana, el cual debe ser respetado». Agregando además que «Esto no es algo que se resuelva mediante referendo».

Claro está que, se podría decir que el Laudo Arbitral de 1899 fue una medida que violó en todos los sentidos la soberanía venezolana, que además fue aprobado bilateralmente por Estados Unidos y el Reino Unido sin la participación de Venezuela.

Además, como si esto fuera poco, el Comando Sur de EE.UU., junto con las Fuerzas de Defensa de Guyana, anunciaron que llevarán a cabo operaciones aéreas militares en el territorio sudamericano. 

«Estos ejercicios se basan en los compromisos y operaciones habituales para mejorar la asociación en materia de seguridad entre EE.UU. y Guyana, y reforzar la cooperación regional», se excusaron a través de un comunicado.

«Esta desafortunada provocación de Estados Unidos a favor de ExxonMobil en Guyana es otro paso en la dirección equivocada», dijo el ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, en la red social X (antes Twitter). Y en esa línea agregó: «No nos desviaremos de nuestras futuras acciones para la recuperación del Esequibo», donde el gigante petrolero estadounidense halló varias reservas de petróleo crudo.

Está claro cuál es el plan norteamericano y de las derechas en nuestra región. El crecimiento regional nunca fue una posibilidad para el gigante del norte, constituyéndose en muchos casos como agente opositor de tales objetivos. Sucedió en Chile con Allende y en el resto América Latina con los sucesivos golpes de estado bajo la dirección de la “Escuela de las Américas”.


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