
CUADERNOS SINDICALES I
La industria informática y
la economía del conocimiento
Por: Florencia Loberche
Un recorrido por el presente y el futuro de una industria estratégica que, además de generar conocimiento y tecnología, tiene el potencial de convertirse en un motor clave para el desarrollo de nuestro país.
Desde El Aluvión creemos que una de las formas para superar las limitaciones estructurales de nuestro país es pensar junto a los gremios y las industrias, poniendo en común interrogantes y participando de debates que son necesarios para el presente. Por esa razón queremos extender un especial agradecimiento a Esteban Sargiotto, director del Observatorio del Trabajo Informático, por acercarnos herramientas e información para elaborar esta nota y compartirnos su mirada crítica del sector.
Todas las industrias -directa o indirectamente- contribuyen a la prosperidad y el bienestar de la sociedad en su conjunto, pero la informática es una de las pocas que puede generar conocimiento para el futuro común de nuestra soberanía nacional. Por eso no podemos prescindir de conocer su historia.
Desde la mirada crítica de sus propios trabajadores y gracias a su contribución en los espacios de opinión pública, hoy podemos recuperar gran parte de las discusiones que se dan al interior del sector. Su trayectoria gremial, los obstáculos y las potencialidades de la Economía del Conocimiento y los desafíos de cara al futuro son algunos de los aspectos que intentaremos encarar.
Inicios gremiales
Hace más de 32 años nacía la Asociación Gremial de Computación (AGC), la entidad sindical que representa a los trabajadores de la actividad informática. Se consolidaron oficialmente como sindicato en 1993 y como gremio han sido uno de los pocos que reconocen la importancia de trabajar en políticas que fomenten las actividades al interior del sector. De ahí que gran parte de sus iniciativas intenten responder a esta necesidad.
Una de las más destacables en materia informativa es la creación del Observatorio del Trabajo Informático (OTI)1, una herramienta que reúne información, datos, índices y cifras actualizadas de la industria y que apuesta -de cara a la sociedad- a transformar la realidad de miles de trabajadores invisibilizados. Otro de sus impulsos tiene que ver con la creación del SIM2 (Simulador del Salario Informático Mínimo), que le permite a miles de trabajadores comparar su situación laboral y evaluar cuánto deberían cobrar según la escala salarial prevista que establece el Convenio Colectivo de Trabajo (CCT) suscrito por AGC como entidad sindical. En materia legal también han trabajado para conseguir personería gremial, un instrumento que les ha brindado a los trabajadores informáticos la posibilidad de participar e intervenir en las decisiones del sector.
Para muchos quizás se trate de una fuerza invisible, pero no estamos hablando de un sector marginal. La industria del software, hardware y servicios informáticos (SSI) es una actividad estratégica común, que crece al compás de la economía global. Común en tanto y en cuanto permite que las sociedades del presente -pero especialmente las del futuro- puedan desarrollarse y prosperar. Común en la medida en que contribuye al bienestar de sus integrantes y posibilita la innovación y el progreso. Común siempre y cuando el Estado sea lo suficientemente eficiente al momento de democratizar sus beneficios y conocimientos a la sociedad toda.
La Economía del Conocimiento en cifras: obstáculos y potencialidades
La Economía del Conocimiento (EDC) dispone de una relevancia insustituible para el progreso de la tecnología en nuestro país. De alguna u otra forma, mejora la eficiencia de todos los sectores económicos haciendo que resulte casi imposible prescindir de sus beneficios.
Gracias a su desarrollo podemos decir que nuestra sociedad es más dinámica y moderna que hace 20 años atrás. Tiene un vínculo indisociable con la investigación y el desarrollo experimental y contempla actividades que van desde el software, los servicios informáticos y digitales, los servicios profesionales de exportación, la producción audiovisual, la biotecnología, neurotecnología e ingeniería genética hasta los servicios geológicos, la industria aeroespacial y satelital, la nanotecnología y nanociencia y la inteligencia artificial y la robótica.
En materia laboral se trata de una industria atractiva para muchos profesionales, freelancers, autónomos y jóvenes en formación3. El empleo privado en el sector durante el primer trimestre de 2024 creció un 2,4% interanual (llegando a 149.718 puestos de trabajo)4. En julio del mismo año, ese número ascendió a 152.9005. Si miramos años anteriores se puede ver que se trata de una tendencia creciente: de 2017 a 2022 el empleo en servicios de informática creció a un promedio anual del 7,41%:
Paradójicamente no sucede lo mismo con las condiciones salariales del sector. Según la contribución del OTI6, al menos entre 2019 y 2023, los salarios se mantuvieron por debajo del promedio de la economía y por debajo de muchos sectores económicos con niveles de exigencia similares o incluso menores (al menos en cuanto a formación). Esta problemática se agrava aún más frente a la ausencia de una instancia paritaria de negociación colectiva (y la resistencia de muchos sectores empresariales a la sindicalización del sector).
A esto se le añade un grado de complejidad mayor que supone lidiar con el empantanado régimen de concentración de beneficios y extensiones que favorecen a las grandes empresas de IT. La Ley de Promoción del Software (LPS) -aprobada en 2004- y su sucesivo reemplazo por la Ley de Economía del Conocimiento (LEC) -sancionada en 2020- son un claro ejemplo de este entramado: concede privilegios a un sector minoritario mientras le da la espalda a trabajadores y PYMES. Para hacernos una idea, durante 2014-2019, solo 4 empresas (Mercado Libre, Accenture, Globant y Red Link) concentraron el 46% de los beneficios y extensiones del régimen de promoción que promueve la Ley de Economía del Conocimiento (placa nº2).
¿Hasta qué punto es posible hablar de soberanía nacional con leyes que promueven la extranjerización de la industria?
Otro de los beneficios para las grandes empresas se vincula con las retenciones, ya que el sector del SSI no paga ninguna clase de derecho a la exportación. El OTI dio cuenta de este aspecto: desde el año 2021, a partir de la decisión del exministro Matías Kulfas, las retenciones que pagaba el sector bajaron al 0% haciendo que el Estado dejara de recaudar por las exportaciones en servicios basados en el conocimiento. Esto no es menor, ya que el aporte y participación de la economía del conocimiento es más que significativo: según informes de Argencon (entidad que nuclea a empresas prestadoras de servicios de la Economía del Conocimiento), el valor de las exportaciones anuales en 2023 fue de U$S 8.104 millones, creciendo 2,9%, comparadas con las de 20227. Si miramos la suma de los cuatro últimos trimestres (a junio 2024) el valor de las mismas se encuentra 1,4% por debajo (con exportaciones por U$S 7.831 millones), si se las compara con las de igual período de 20238:
De cara al futuro
Los dilemas de cara al futuro, pero sobre todo de cara al presente, son complejos. El primero de ellos tiene que ver con la recomposición salarial. Al tratarse de una industria tan diversa, conformada tanto por freelancers como por trabajadores asalariados (en relación de dependencia), es difícil imaginar un pronóstico que sea favorable para todos aquellos que lo integran. La falta de un Convenio Colectivo de Trabajo que nuclee al sector informático dificulta la homogeneidad en las escalas y valores salariales, siendo un desafío constante -e incierto- de discusión, diálogo y acuerdo con los empleadores. Uno de los casos más recientes que da cuenta de este asunto fue la acción conjunta entre el sindicato informático y los trabajadores de Globant para hacer frente al fuerte atraso salarial9.
Otro de los grandes problemas tiene que ver con la asignación de recursos y la asimetría empresarial. La mayoría de las empresas de IT en Argentina (el 92%) son micro/pequeñas y por la propia lógica de concentración y valorización les resulta imposible competir con las empresas grandes que -paradójicamente- son las que más reciben exenciones fiscales y subsidios. Si se buscase disminuir la asimetría al interior de las ramas industriales resultaría necesario -primero- reevaluar hacia donde están dirigidos los recursos y garantizar que dicha asignación fortalezca la innovación y el valor de las PYMES.
Al listado de problemas se le añade uno que perjudica mayoritariamente al sector informático y que tiene que ver con la salud (mental y física) de los teletrabajadores. Parte de las preocupaciones que se mencionan en el último informe anual del OTI se vinculan con la seguridad y el riesgo psicosocial de quienes trabajan en el sector de IT: la falta de condiciones ergonómicas, fatiga, cefaleas, trastornos de sueño, pero también la ansiedad, los ataques de pánico y la depresión derivada del estrés10, son aspectos que se encuentran minimizados a la hora de pensar en el bienestar integral de los trabajadores y de introducir medidas preventivas y de protección. La supervisión y el rol de los sindicatos en este aspecto resulta central, ¿cuál debería ser la apuesta frente a la creciente reestructuración de las condiciones laborales?
Es cierto que los obstáculos que hay que encarar son diversos y complejos, pero también es cierto que hay un sector que tiene la capacidad para brindar respuestas estratégicas a estos problemas. Ese sector es la industria informática. Una de las más dinámicas de la actualidad y de las pocas que puede generar conocimientos para el futuro común de nuestro territorio. La que dispone de una relevancia significativa que le ha permitido integrarse en el mundo y generar riquezas para el país. Que a su vez cuenta con sectores estratégicos que tienen la capacidad para incorporar -y generar- numerosos puestos de trabajo. Una actividad que puede participar del mejoramiento en la infraestructura tecnológica del país disminuyendo las brechas de conectividad y el subdesarrollo de diferentes sectores. Pero que también posee la idoneidad suficiente para integrar la matriz productiva y generar encadenamientos que ofrezcan servicios de alto valor agregado.
Quizás sea momento de pensar una reorientación programática en materia de política industrial. Reorientar, pero no solo para exportar hacia afuera (servicios, conocimientos y mano de obra), sino para elevar el nivel de vida y el bienestar de nuestra sociedad toda. De reorientar el camino, no de concentrar beneficios y extensiones desproporcionadas.
Parte del compromiso tiene que estar no solo en robustecer a la industria informática para la exportación, sino en pensar alternativas que nos ofrezcan la oportunidad de poner al sector al servicio del desarrollo interno de nuestro país. Esto implica lograr que el Estado vuelva a tener el pragmatismo necesario para reordenar a los sectores más concentrados de la economía.
La industria informática nos ha brindado un pantallazo sólido acerca de los principales obstáculos de cara al futuro, pero ¿por dónde empezamos? Ese es el meollo de la cuestión. Son infinitos los interrogantes que se pueden formular para aportar claves de discusión en lo que respecta a la valorización del trabajo y la sindicalización dentro de la actividad informática. Igual de infinitas son las iniciativas que se pueden pensar para expandir las actividades al interior del sector.
La economía global se transforma a pasos descomunales y nuestra sociedad lo hace a la par. Para que la industria informática favorezca a las grandes mayorías, necesitamos, ante todo, construir un proyecto nacional que la contenga, fomente y le dé sentido. Si hay un momento para discutir estos desafíos es ahora.
1.El OTI fue creado en 2021. https://oti.ar/
2. https://sim.informaticos.ar/#/
3. En nuestro país, un intento -aunque frustrado- de política de formación masiva fue el caso de Argentina Programa, que contó con más de 750.000 inscriptos pero con tan solo 500 que aprobaron la etapa final.
4. Informe: https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/software_y_servicios_informaticos_2024.pdf
5. El dato de julio de 2024 se obtuvo gracias a un pedido de informe del OTI al Ministerio de Economía frente a la falta de publicaciones y cifras actualizadas.
6. Para un análisis más detallado de los indicadores y la evolución de los salarios en la industria informática y su comparación con diversos sectores de la economía se puede consultar el Informe anual 2023 del OTI. Link: https://oti.ar/pdf/Informe_OTI_2023.pdf
7. Estudios económicos sobre la industria del conocimiento 1er informe 2024. Link: https://www.argencon.org/Informes/Argenconimics2024_ABRIL.pdf
8. Estudios económicos sobre la industria del conocimiento 2do informe 2024. Link: https://www.argencon.org/wp-content/uploads/2024/11/Argenconimics_2doINF_2024_ok.pdf
9. https://informaticos.ar/globant-cede-a-la-presion-aunque-con-aumentos-insuficientes-y-desiguales/
10. Observatorio del Trabajo Informático (2023). Informe anual del Trabajo Informático 2023. Una radiografía del sector de SSI desde la mirada de los trabajadores. Link: https://oti.ar/pdf/Informe_OTI_2023.pdf
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Excelente nota