De 1820 al ARA General Belgrano: un resumen detallado

De 1820 al ARA General Belgrano: un resumen detallado

Por:  David Pizarro Romero

Desde el izado de nuestra bandera en 1820 hasta nuestros días, repasamos toda la sucesión de hechos que se dieron en Malvinas. Las mentiras británicas respecto a la guerra.


Este jueves 2 de mayo se cumplió un nuevo aniversario del hundimiento del ARA General Belgrano, hecho que marcó a fuego la historia de nuestra Patria respecto al conflicto del Atlántico Sur y a la Causa Malvinas. Pero antes de llegar a esta instancia es importante tener en cuenta cuáles fueron los hechos que llevaron a la Argentina a esa disputa bélica.

“Señor: Tengo el honor de informarle que he llegado a este puerto, comisionado por el Superior Gobierno de las Provincias Unidas de Sud América, para tomar posesión de las islas en nombre del país a que éstas pertenecen por Ley Natural.»

Así se expresó el marino brasileño David Jewett hace 203 años, el 6 de noviembre de 1820, quien estando al servicio de las Provincias Unidas, leyó la proclama ante las embarcaciones que se encontraban en Malvinas que hizo efectiva la toma de posesión oficial de las islas en nombre de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

Nombramiento de David Jewett como Coronel de Ejército al Servicio de la Marina Nacional por el Director de las Provincias Unidas | Créditos: Archivo

Pero esa estabilidad duraría poco. El 31 de diciembre de 1831, los habitantes de Malvinas recibieron el año nuevo de la peor manera. En represalia por la confiscación de varios barcos loberos norteamericanos (que estaban cazando ilegalmente en aguas argentinas) por parte del gobernador de Malvinas, Luis Vernet, la corbeta de guerra Lexington venida de norteamérica, atacó Puerto Soledad y tomó prisioneros a sus habitantes.

Un año más tarde, el 3 de enero de 1833 el capitán británico J. J. Onslow al mando de la fragata HMS Clío, siguiendo instrucciones de su gobierno, se presentó ante Puerto Soledad y mediante amenazas expulsó a la guarnición y casi a la totalidad de sus habitantes (53 personas incluyendo mujeres y niños). 

Grabado de la corbeta Lexington hecho en 1825 | Créditos: Archivo

“La dificultad de la posición es que nuestro apoderamiento de las Islas Falkland en 1833 fue un procedimiento muy arbitrario. No es fácil entonces explicar nuestra posición sin que nos mostremos como bandidos internacionales”, aseguró un miembro del Foreign Office, en 1936.

Alegato Ruda, histórico paso para la descolonización

El 9 de septiembre de 1964, el Embajador argentino José María Ruda, presentó ante el Comité Especial de Descolonización de las Naciones Unidas lo que se conocería como “El célebre alegato Ruda”, donde expuso ante la comunidad internacional la totalidad de los hechos históricos, que dan razón de la ocupación del territorio nacional argentino probando que la posición británica como tal, constituye un anacronismo propio de los grandes imperios coloniales, afirmándose solamente en la fuerza. 

Tomando los argumentos de Ruda, el 16 de diciembre de 1965 la ONU  aprobó la histórica Resolución 2065 que reconoce la existencia de una disputa de soberanía entre la Argentina y el Reino Unido, ubicándola dentro de “una situación colonial» e invita a las partes a resolver la disputa de manera pacífica.

El embajador Ruda, en medio de la exposición que lo haría pasar a la historia | Créditos: Archivo

El operativo Cóndor

El 28 de septiembre de 1966, durante la dictadura de Juan Carlos Onganía, un grupo de 18 jóvenes nacionalistas desvió un avión de Aerolíneas Argentinas que se dirigía a Río Gallegos, haciéndolo aterrizar en nuestras Islas Malvinas. Una vez allí, los “cóndores” -cómo se los conoció- rebautizaron Puerto Stanley con el nombre de Puerto Rivero -en homenaje al Gaucho Rivero, héroe defensor de nuestra soberanía en las islas en 1833-, izaron siete banderas argentinas y entonaron el Himno Nacional Argentino.

A partir de este hecho, entre 1966 y 1974 la Argentina y el Reino Unido negociaron por las Islas en distintas oportunidades. En 1968 ambas cancillerías acordaron un “Memorándum de Entendimiento” que finalmente fue rechazado por el parlamento británico. En 1971 también ambos países lanzaron la “Declaración conjunta entre Argentina y el Reino Unido”, que buscaba facilitar el movimiento de personas y bienes entre el territorio continental argentino y las Islas Malvinas en ambas direcciones, con el fin de promover el establecimiento de vínculos culturales, sociales y económicos

Los miembros del operativo custodian el avión, que ha aterrizado en suelo malvinense | Créditos: Archivo

En ese año la Fuerza Aérea Argentina construyó además el primer aeródromo en las islas, propiedad de Líneas Aéreas del Estado (LADE), que organizó vuelos semanales al continente, YPF y Gas del Estado proveyeron calefacción y combustible a los isleños. 

En 1974 también hubo una propuesta de co-soberanía y de leasing orquestada entre el gobierno laborista y Perón, pero la pérdida del poder por parte de los primeros y la muerte del segundo dejó trunca esta idea

Hay que remarcar que cada vez que Argentina quiso avanzar con el tema de la soberanía los británicos siempre respondieron con evasivas

El Albatros de la FAA completa el primer vuelo regular entre el continente y las Islas | Créditos: Archivo

Tensiones entre la Junta Militar y el thatcherismo y la llegada de la guerra

Con la llegada al poder de la dictadura argentina en 1976 y el arribo de Thatcher en 1979, ambos países entraron en tensión. El desencadenante del conflicto de 1982 fue un pequeño incidente en las Georgias, que se usó como excusa. El gobierno argentino pensaba ocupar las islas y luego negociar desde una posición de fuerza. Pero con esta pésima lectura geopolítica, pensaron además que EEUU se mantendría neutral y que el Reino Unido no iba a intentar recuperar las islas por la fuerza. Se planeó una operación de desembarco y recuperación de las islas incruenta que, si bien salió a la perfección, nunca tuvo un plan de defensa de las islas. 

Imágenes inéditas de los hombres del Batallón de Infantería 2 (BIM 2) desembarcando en Malvinas | Créditos: Archivo

Luego de un intenso ida y vuelta diplomático sin éxito alguno, los combates comenzaron el 1 de mayo. El 2 de mayo, el submarino HMS Conqueror, que hacía 20 horas venía siguiendo al crucero ARA General Belgrano en su derrotero fuera de la zona de combate, recibió la orden directa (Thatcher se haría responsable por dar la orden) de atacar y hundir el barco argentino. Dos torpedos y una hora bastaron para matar a 323 hombres (más de la mitad de los muertos argentinos en la guerra) y enviar al Belgrano al fondo del mar. 

La guerra en su mayor parte fue una contienda aeronaval. Incluyó a los modernos buques británicos contra los antiguos aviones de combate argentinos. Pero hay un factor que modificará el resultado previsible: los pilotos argentinos. El impresionante coraje, determinación y arrojo que mostraron los pilotos argentinos (de combate, de transporte y de exploración) en sus 445 salidas de combate efectivas sostuvieron el esfuerzo de guerra argentino y dejaron un saldo de 31 buques británicos con averías de consideración (9 de ellos hundidos), esto a costa de perder 57 aviones y 10 helicópteros, sufriendo la Fuerza Aérea Argentina 55 muertos y 47 heridos. 

25 de Mayo, día de la Patria. El capitán Carballo y su numeral el teniente Rinke son fotografiados desde un buque británico: vuelo rasante entre medio de los impactos de los proyectiles y misiles británicos a punto de atacar y averiar a la fragata tipo 22 HMS Broadshow | Créditos: Archivo

Lo valioso de nuestras fuerzas es que, además, por el daño que le causaron tanto a la Royal Navy como a la infantería, los británicos se vieron forzados a ocultar el número de bajas propias para evitar la conmoción de la opinión pública en casa.

Pero el Ejército Argentino no se quedó atrás. Formado en un 70% por conscriptos menores de 20 años, peleó con valor y disciplina frente a un ejército británico profesional, mejor armado y con superioridad numérica. El libro “No Picnic” escrito por el comandante de las fuerzas terrestres británicas en Malvinas da testimonio del valor de los soldados argentinos. 

Pero el valor no alcanzaría. La falta de planeamiento, la pésima estrategia adoptada por los generales argentinos, además de la mala logística y la falta de comunicación entre las tres fuerzas determinarían la derrota. La rendición se firmó finalmente el 14 de junio. 

La fotografía capta el preciso momento en que, el 12 de junio, un proyectil (se puede ver arriba a la derecha) sale disparado del cañón Otto Melara de 105mm hacia las alturas de Monte Longdon, ya ocupadas por británicos. La pieza corresponde al Grupo de Artillería Aerotransportada 3 a cargo del teniente primero Marcelo Caballero | Créditos: Archivo

Menem y los Acuerdos de Madrid

En octubre de 1989, ya bajo gobierno menemista, una delegación argentina encabezada por Domingo Cavallo firmó con su contraparte británica lo que se llamarían los “Acuerdos de Madrid”.

Éstos implicaron aceptar un sinfín de exigencias que han resultado completamente nocivas para la soberanía de nuestro país, sin representar exigencia alguna de parte del invasor. En cuánto asumiera algún gobierno popular y nacionalista estos acuerdos deberían ser derogados. 

Con la llegada del kirchnerismo al poder, la política de seducción menemista hacia los isleños y británicos dio paso a una política de transformar la Cuestión Malvinas en una causa regional, buscando el apoyo de toda América al reclamo de la soberanía argentina. 

En el 2013, CFK decía: “logramos con el acompañamiento de todos los mandatarios de América latina, convertir a Malvinas en una causa regional de soberanía, y global de lucha contra el colonialismo”.

El actual presidente argentino Javier Milei, se convirtió en el primer presidente desde el regreso de la democracia que no hace mención alguna de la causa Malvinas en su discurso inaugural. Ferviente admirador de Margaret Thatcher, la ausencia del tema Malvinas está en sintonía con su ideario liberal y entreguista. Contra su salvaje desmalvinización es que tenemos que pelear.

  

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