
COMUNIDAD
Nunca saco fotos
Por: Juan Francisco López Salgado
Intentar contar la realidad del lugar donde uno vive siempre es difícil. Cuando te invade la melancolía mucho más. Un paseo por los primeros 15 días de un año que promete ser una locura.
Tal vez y solo tal vez no voy a escribir lo que tenía pensado. Porque una nota aburrida inundada de datos sobre la temporada estival en la Costa Atlántica, más precisamente en Miramar, tampoco me calentaba tanto. Aunque un poco necesito contar o explicar que por estas latitudes también sangra nuestra patria.
En una ciudad donde el estimado es de un 55% de desocupados, que en su mayoría labura de forma plena sólo en temporada, con sueldos que si los analizas son iguales a los paupérrimos salarios municipales que se aproximan a las 200 lucas, la situación va a ser bastante caótica. Porque los inviernos son largos…
El consumo se desplomó como en toda la Argentina y, más allá de los precios, lo que empieza a doler es la incertidumbre. En lugares como los nuestros es un poco vivir en el futuro, no hay nadie que no me pregunte lo que va a pasar. Lo que en las grandes urbes es lo que sostiene la imagen del gobierno, en nuestras tierras empieza a estar en jaque. No desde lo político, sino desde la famosa economía real, desde planear la vida cotidiana. Pero esto es un poco más de lo que no les quería contar de forma fría y de datafan.
Puede que mis ánimos de solemnidad se hayan ido borrando por la adicción de mis últimos 15 días de escuchar una y otra vez el gran álbum del Conejo Malo que tiene todo lo que quieren las wachas como decía una canción. Me tiene loco que un disco pueda ser un acto revolucionario del pueblo boricua, una expresión total de melancolía y, por sobre todas las cosas, una invitación a inmiscuirse en las bebidas espirituosas y más si, como yo… tenés la dicha de haber nacido en un paraíso como Miramar.
En ese tren me duele muchísimo no poder ver a algunas de mis personas favoritas que no han podido escapar de sus labores o simplemente no les da el mango para venirse por estos lares. Mis amistades citadinas se dividen entre los que fueron a Brasil y los que no fueron a ningún lado.
Un viejo amigo me dijo que en el menemismo pasaban cosas parecidas. Un poco entro en un vórtice que me hace pensar la cantidad inimaginable de historias que enfrascan los veranos, la gente y mi ciudad. Puedo decir que más de la mitad de mis amigos porteños o conurbanenses (para que no se enojen, aunque para nosotros son medio lo mismo) los conocí en las temporadas de verano. Y son amistades eternas, como las verdaderas amistades. Ni hablar de la cantidad de amores que han regado nuestras playas, hay familias que empezaron acá y seguramente se formarán muchísimas más.
Esto no lo digo con ánimos de robarle el sentimentalismo aluvional a mi querido amigo Facu Cabral, es más un pensamiento de los últimos días en los cuales alguien me quiso correr con “¿que tiene la costa atlántica para disputarle a Brasil? Nada”. Mi primera respuesta no es digna de ser escrita, pero si les digo que más allá del dólar barato no conozco a muchos que aun pudiendo repitan las tierras cariocas en temporadas seguidas.
Recuerdo una historia que me contó un amigo armenio sobre un señor de la colectividad que cuando volvió de Francia le preguntaban por una famosa avenida y él respondió (perdón por escribirlo como suena) “ishte Colón” que en su idioma es “es lo mismo que Colón” y si, hablaba de la avenida de Mar del Plata.
Nuestras tierras no tienen arenas blancas, tienen a su gente y a sus eternos turistas. Nuestras tierras son comunidad. Conozco a las personas más distintas entre sí que han forjado amistades entre las carpas de los balnearios. Tal vez nuestro intendente no piensa lo mismo porque le pinto rajar a Río en pleno enero y como Roma no paga a traidores lo escracharon radio Mitre y La Red hasta con número de vuelo.
Parece que el Santi Caputo está en cosas importantes como escrachar intendentes, volar en aerolíneas es un regalo de info para estos cirujanos con hipo y la elección del mandamás local es ponerse un moño. Pero no quiero aburrirlos con la coyuntura local en una gestión que solo avanza en su slogan. Volviendo…
Volver, siempre se vuelve a los lugares donde uno fue feliz, y siempre pero siempre se vuelve a Miramar. Aunque uno siempre vuelve distinto, y en ánimos de “volver mejores”, podemos decir que en esta primera quincena el mundo nos muestra cositas para replantearnos.
Mientras Mali, Burkina Faso y el Sahel en su conjunto nos dan una clase magistral de soberanía corriendo a la Barrick, incautándoles toneladas de oro y cobrándoles miles de millones de dólares, acá nos entregan IMPSA y el bendito RIGI no atrajo ni media inversión, ni en minería ni en ninguno de sus ítems. Para cuando “volvamos” como mantra debe flotar que la famosa correlación de fuerzas son los padres. Para gobernar necesitamos coraje y decisión.
Separar la temporada en quincenas nos dan pequeñas muestras para ver cómo viene la mano, se sacan conclusiones cada 15 días, cosa que nos vendría bien hacerlo todo el año, toda la vida. Entre las conclusiones que se pueden sacar esta la felpudiada de Macri que nos demuestra una vez más que el país se divide entre peronistas y antiperonistas. Ni da hablar de lo poco digno de sus comunicaciones en X de quien como el killer se llevó puesto a un presidenciable casi seguro como Larreta sin saber del suicidio político al cual llevaba a su fuerza política que de republicana solo tiene el nombre.
Hablando de ni hablar, tampoco da comentar a los hoy super kirchneristas que en épocas de CFK querían correr el modelo por izquierda o las neo sindicalistas que achacan a dirigentes errores que fueron decisiones de la conducción, achacan albertismos los que fueron ministros de éste. Es cada vez más extraño el nivel de “fingir demencia” de nuestros dirigentes. Va, fingir demencia está de moda, muy de moda.
Entre tanto el pincha se puso SAD y se llevó a Medina sin antes meter un papelón. El amigo Foster Gillett del cual te hablé en Los dueños de la pelota, como impresentable que es, depositó el monto de cláusula de rescisión sin darse cuenta de que eso solo lo pueden hacer los clubes o el jugador. Lo que puede dejar a tiro de sanción a cualquiera de las partes involucradas.
Aunque esto ya se solucionó ya te muestra los muñecos que traen estas nuevas aventuras. No llegó el city group, llegaron los rascas y los transas. Como comentó el periodista Juan Cruz Sanz, que escracho a la diputada Santillán que le exigía convertir a su club de Santa Cruz en sociedad anónima deportiva para ser un modelo en el cual el gobierno se apalanque y poder inyectarle fondos desde, supuestamente, Arabia Saudita pero que, en realidad, según él dice, es plata de un narco de Burzaco. ¡Ah! Me olvidaba, la diputada es pareja de Tofoni, quien es el socio de Gillett en nuestro país. Extrañas coincidencias.
Otro amigo de las SAD es el crack de Jhon Textor que además de los quilombos que tiene en Lyon andaba corto de guitarra y tardó para pagarle los premios al plantel de Botafogo por salir campeones de la Libertadores, casi no le van a la pretemporada, un ejemplo de sistema exitoso dice el presi.
Mientras en mis oídos suena La mudanza vuelvo al dólar barato, el enemigo mortal del turismo nacional. Y casi como un aviso publicitario les digo que si pueden se vengan que no todo está tan caro. La casa es chica, pero el corazón es grande. Si necesitan info siempre consulten a locales, que hay data para morfar barato y divertirse más allá de lo que aparece en Google.
Aprovecho para decir lo siguiente: Daniel Scioli sos un traidor a la Patria, un sorete y la historia te va a juzgar.
Entre tanto uno no se explica a los recientes convertidos en “Dios, Patria y Familia” como Marra o algunos compañeros embebidos en ortodoxia que exigen que empecemos a procrear mientras salir de vacaciones te explota la economía cuando tenes una familia que sostener. Uno de mis mandamientos vitales dice que no hay que confiar en los que se fanatizan con las modas, y el otro es que no es de fiar alguien que no tiene algún amigo desde su adolescencia. Nadie me preguntó, pero soy militante, perdónenme.
Suena DtMF y profundizo en mi melancolía, me acuerdo de mi abuelo que se me fue el año pasado. Pero más me acuerdo de que una vez, en esas charlas que uno piensa que son pasajeras pero quedan dando vueltas en algún lugar del cerebelo, me tiró “hay que intentar no mentir”. No recuerdo el contexto, pero me hizo reír demasiado.
Los amores de verano se prestan mucho para la “mentira”, combustible necesario para el chamullo. No me mal interprete, usted entiende. Alguna cosa parecida le pasa al Javo con el coordinador bonaerense Pareja, el mismísimo enviado de El Jefe. Le está minando los distritos del conurbano con coordinadores distritales amigos de algunos intendentes del conurba. Si la cosa no explota ya entendiste por qué es.
Por cuestiones de seguridad prefiero guardarme algunos nombres, también por cuestiones de cariño. De algo hay que vivir dicen, aunque la dignidad no se compra ni se vende. El tren de la alegría lo comandará el gran Alfa de Gran Hermano, un 2025 para alquilar balcones. A todo esto, como dirían mis amigos armenios… ”gamatz gamatz” que sería una especie de “tranqui tranqui”. Ejercitar la paciencia para no perder la fe.
Para ir cerrando, debo explicar mi incapacidad como fotógrafo y mi gran capacidad para vivir los momentos a pleno con los míos. Algo que no solo no me reprocho, sino que me agradezco. No hay nada como un lindo recuerdo. Algunas fotos siento que distorsionan cada sentir que es único. Un poco soy un extraterrestre de esta era, pero siempre recuerden que la vida no es Instagram, la realidad no es X, como tampoco lo fue el Facebook. La única verdad es la realidad, dijo el General. Por eso Benito, nunca saco fotos.
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